Después de
varios años de oír y leer a ciertos "historieteros" e intelectualillos de lo
políticamente correcto, hemos llegado a las siguientes consecuencias:
1º).- Son unos paupérrimos articulistas aficionados.
2º).- Tienen una mente cuadriculada y dogmática.
3º).- Ven las cosas en blanco o en negro.
4º).- Son prepotentes, pedantes, petulantes y engreídos.
5º).- Bajo los mismos esquemas y criterios, enfocan cualquier asunto.
6º).- Cuando escriben sobre personajes y hechos, lo hacen con gran incoherencia
e inconsecuencia, ya que emplean códigos distintos: no admiten briznas, y sin
embargo, tragan camellos.
7º).- Son incapaces de analizar imparcial y objetivamente, ya que están bajo la
presión y opresión de unas ideas tendencialmente dictatoriales que no admiten
ni libertades ni discrepancias, y sí bozales, grilletes, látigos y zahúrdas. Y,
a pesar de todo esto, se maquillan de demócratas y republicanos.
8º).- El sentido común, punto de partida elemental de cualquier razonamiento,
lo tienen infectado por teorías toscas y decimonónicas.
9º).- Tienen la presunta certeza en todo lo que escriben, certeza que es propia
de filosofillos vanos, neófitos y atrevidos.
10º).- Como defensores de un credo desmoronado, extinto e impopular, destilan
un veneno amargo y una ortodoxia intransigente.
11º).- Sus comentarios son siempre sesgados.
12º).- Son propensos a afrontar cuestiones candentes sin descubrir el panorama
en el que se inserta el punto polémico. La logomaquia es su punto fuerte.
13º).- No aceptan la opinión ni la discrepancia de verdaderas autoridades sobre
ciertos temas.
14º).- Su estilo de crítica es facilón, populista e inmaduro.
15º).- Quieren transmitir la impresión de que se preocupan por diversos temas,
pero cometen el error de atraerlos a su manera de pensar.
16º).- Tienen meteduras de pata, de las cuales no se retractan jamás.
17º).- Odian mucho, aunque digan lo contrario.
18º).- Divulgan ideas basadas en falsedades, tergiversaciones o medias
verdades.
19º).- Tienen una aterradora facilidad para admitir lo que “se dice” y darlo
por bueno.
20º).- Cuando un asunto no les convence, vierten una capa de mentiras,
distorsiones y falsedades.
21º).- El virus ideológico del que están infectados, les produce tal pasión que
les quita el conocimiento.
22º).- Como fanáticos, tienden a desplazar la realidad por sus ideas y juzgan a
todo el mundo por lo que ellos piensan.
23º).- En vez de usar la palabra para aclarar lo oscuro y lo connfuso, la
emplean para enredar más las cosas, debido a sus prejuicios ideológicos.
24º).- Les vienen muy bien las palabras de William Drummond: “El que no quiere razonar es un
fanático; el que no sabe razonar es un necio; el que no se atreve a razonar es
un esclavo”.
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