domingo, 27 de junio de 2010

Saramago


Yolanda Couceiro Morín | Saramago
Redacción | Publicado el 19 Junio, 2010 |

Me pueden acusar de muchas cosas, pero no de ser hipócrita. No me alegro por la
muerte de nadie, pero estoy segura de que la muerte de Saramago no me obliga a luto
alguno. Tampoco voy a brindar con cava, eso lo reservo para Carrillo, como hacía el
difunto desde su atalaya comunista cuando el finado era del bando contrario.

Con Saramago ha desaparecido uno de esos típicos extranjeros radicales, de
izquierdas por supuesto, que se sienten en la obligación de venir a España para
explicarnos qué es eso de la libertad y cómo debemos aplicarla… a base de
fusilamientos si hace falta.

En España hemos sufrido ’saramagos’ desde siempre. Saramago era una especie de
retaguardia de aquellas Brigadas Internacionales que durante la Guerra Civil se
sintieron en la obligación de cepillarse a cuantos españoles no entendieran la ‘libertad
soviética’.

Saramago no guardaba ni las habituales normas de educación que marca la condición
de invitado. Se coló en nuestra casa, nos decía qué teníamos que hacer y buscó
acomodo, bajo el signo de la ceja, entre la izquierda más casposa, parasitaria y cutre
de España.

Quería tanto a España, que en uno de sus aduladores viajes a Venezuela dijo:
‘Los indios eran los dueños de la tierra. Cuando llegaron Colón y Pedro Álvarez Cabral
aquí había gente. En cinco siglos de humillación les robamos las creencias, la tierra,
los dioses, les robamos todo’.

Sobre Europa, el difunto afirmaba:

“En Europa estamos asistiendo al resurgir de la derecha con insignias fascistas. ¿Y
todo en nombre de qué? De que no estamos contentos. Pero entonces hagamos una
revolución”.

Saramago paseaba su indecencia moral por el mundo, escondido detrás de su arte
prostituido a favor de la política, ante los boquiabiertos incautos que estaban
dispuestos a escuchar las obscenas opiniones políticas de un Nobel, por el mero
hecho de ser Nobel.

Nos hemos quitado un peso de encima.

_________________________________


A continuación publicamos una declaraciones de Saramago aparecidas en el diario ABC con fecha 28-08-09.

EFE | MADRID
Actualizado Viernes, 28-08-09 a las 14:29

José Saramago vuelve a ocuparse de la religión en «Caín», su nueva novela, que se publicará en octubre, en la que redime a su protagonista del asesinato de Abel y señala a Dios «como el autor intelectual al despreciar el sacrificio que Caín le había ofrecido».
Su editor en portugués, Zeferino Coelho, la llevará a la Feria del Libro de Frankfurt el próximo octubre y a finales de ese mes estará en las librerías de Portugal, América Latina y España, aquí también en catalán.

Será en Lisboa, en su presentación mundial, donde el Nobel hable por primera vez de su nuevo libro, pero desde su casa de Lanzarote, donde pasa el verano y ya prepara las maletas para volver a Lisboa, ha explicado a Efe a través del correo electrónico que lo que nos ha querido decir con «Caín» es que «Dios no es de fiar. ¿Qué diablos de Dios es éste que, para enaltecer a Abel, desprecia a Caín?».

Casi veinte años después de su discutido libro «El evangelio según Jesucristo», que fue vetado por el Gobierno portugués para competir por el Premio Europeo de Literatura, el Nobel luso hace un irreverente, irónico y mordaz recorrido por diversos pasajes de la Biblia pero no teme que vuelvan a crucificarle.

«Algunos tal vez lo harán -explica Saramago-, pero el espectáculo será menos interesante. El Dios de los cristianos no es ese Jehová. Es más, los católicos no leen el Antiguo Testamento. Si los judíos reaccionan no me sorprenderé. Ya estoy habituado. Pero me resulta difícil comprender cómo el pueblo judío ha hecho del Antiguo Testamento su libro sagrado. Eso es un chorro de absurdos que un hombre solo sería incapaz de inventar. Fueron necesarias generaciones y generaciones para producir ese engendro».

José Saramago no considera este libro su particular y definitivo ajuste de cuentas con Dios -«las cuentas con Dios no son definitivas», dice-, pero sí con los hombres que lo inventaron.

«Dios, el demonio, el bien, el mal, todo eso está en nuestra cabeza, no en el cielo o en el infierno, que también inventamos. No nos damos cuenta de que, habiendo inventado a Dios, inmediatamente nos esclavizamos a él», explica el autor.

Niega que la cercanía de la muerte, hace ahora un año debido a su enfermedad, le hiciera pensar más en Dios. «Tengo asumido que Dios no existe, por tanto no tuve que llamarlo en la gravísima situación en que me encontraba. Y si lo llamara, si de pronto él apareciera, ¿qué tendría que decirle o pedirle, que me prolongase la vida?».

Y continúa Saramago: «Moriremos cuando tengamos que morir. A mí me salvaron los médicos, me salvó Pilar (su esposa y traductora), me salvó el excelente corazón que tengo, a pesar de la edad. Lo demás es literatura, y de la peor».

miércoles, 16 de junio de 2010

Gracias, Israel


La verdad es que cuando ocurren hechos, como los recientes acaecidos con la famosa “Flotilla de la libertad”, uno siente muchas cosas. Una es la indignación al ver cuanto odio, cuanta mentira y cuanto engaño se vierten sobre la nación de Israel.

Otra cosa que uno siente es la vergüenza al ver como todo lo anterior es aceptado a pies juntillas por “el pueblo soberano”, jaleado por los “mass-media” del poder y por los “artiscejos” paniaguados y apesebrados.

Pero en contraposición a todo esto, también siente uno envidia de Israel, por su patriotismo, su pueblo, su ejército, etc. Aparte de esta envidia, siente uno también agradecimiento a tal pueblo, porque gracias a él, Europa aún no ha caído bajo la bota y el yugo islámicos.

Todo esto viene a cuento porque, como ya es sabido, el ejército israelí atacó a unos terroristas que iban en cinco o seis barcos, y que se dirigían a Gaza en misión de “ayuda humanitaria”. Era la “flota de la libertad”. Pinchen ustedes en los enlaces que se detallan más abajo, y verán que ni ayuda humanitaria ni flota de la libertad: la mitad de los barcos eran turcos acompañados de individuos de Hamas, que de libertad y humanitarismo entienden muy poco.

En fin, lo de siempre: la demagogia de la “ayuda humanitaria” obnubila a mucha gente, y si además de la demagogia se cocina bien la noticia, el efecto es total.

http://www.minutodigital.com/noticias/2010/05/31/la-flotilla-solidaria-vinculada-con-el-terrorismo-islamico/"

http://www.adn.es/internacional/20100531/NWS-1339-Netanyahu-protegerse-activistas-justifica-actuaron.html"

http://tv.lne.es/index.php?pServicio=videotv&VideoId=31213"

Luis David Bernaldo de Quirós Arias

Archivo del blog