Como
ya saben, el asunto catalán está en estos momentos en el “candelabro”, como
diría un ignorante socialista, que además era un pedante infumable.
Poco
o nada se comenta sobre lo verdaderamente ocurrido en esta región en los años
de la Segunda República. Nosotros sí vamos a hacerlo, pero recurriendo a
fuentes fidedignas, como puede ser Manuel Azaña, nada sospechoso de fascista,
en sus escritos, principalmente en su obra “La
velada de Benicarló”, libro ya comentado en este blog con fechas 29 abril y
1 y 4 de mayo de 2017.
En
esta obra, y en otros escritos hechos en su exilio francés, nos cuenta Azaña,
entre otras cosas, la traición de la Generalidad catalana a la República. Así,
por ejemplo, dicha Generalidad y la nefasta CNT, cometieron verdaderos actos
vandálicos, como fueron los asaltos a la Telefónica, Campsa, al puerto, a
varios cuarteles, a minas, etc, etc
De
las acusaciones de Azaña sobre aquella situación, nada se comenta ahora. Decía,
por ejemplo, que "la Generalitat ha
vivido en franca rebelión e insubordinación y si no ha tomado las armas para
hacer la guerra al Estado será o porque no las tiene o por falta de decisión o
por ambas cosas, pero no por falta de ganas". Y continúa:
"Creación
del ejército catalán, al considerar que el ejército de la República era un
ejército de ocupación. Todos los establecimientos militares de Barcelona
quedaron en poder de las 'milicias antifascistas', controladas por los
sindicatos, y el gobierno catalán publicó unos decretos organizando las fuerzas
militares de Cataluña".
Otra
cosa de la que nadie habla es que la anárquica CNT tenía totalmente dominada a
la Generalidad, que llegó a un acuerdo con los sindicatos para colectivizar
varias industrias, además de decretar la militarización.
Como
no podía ser de otra manera, dicha colectivización de industrias y fábricas,
trajo como consecuencia que el ejército republicano quedase sin armas, llegando
incluso a suspender la fabricación de un encargo que había hecho el gobierno de
la República.
En
la próxima entrega, seguiremos con este tema catalán comentando escritos de
Azaña, como decíamos al principio. Ya saben, el asunto está en el “candelabro”,
oiga.
Continuará.
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