martes, 12 de marzo de 2024

Teología de la Liberación ( I )


 

Ya saben que nos gusta recuperar la “memoria histórica” y la “democrática”, pero la reciente. Vamos a ello. Vamos a comentar algo sobre la Teología de la Liberación.

Allá por el año 1.968 se reunió el Episcopado latinoamericano, en su II Asamblea General en Colombia, y surgió la llamada Teología de la Liberación, que no es más que una doctrina revolucionaria e igualitaria que niega y va contra la fe cristiana, o dicho de otra manera, es “una perversión del mensaje cristiano”, en palabras del Papa Juan Pablo II. Se podrían hacer unas cuantas preguntas, tales como qué es exactamente este movimiento, por llamarlo de alguna manera, o qué es lo que quiere y qué hace. En dos someros artículos trataremos de explicar algo sobre esto. De lo que sí estamos seguros es de que es pura hermenéutica, y además bananera.

 La Teología de la Liberación, aparte de ser una doctrina de pensamiento, es asimismo un movimiento relativamente bien organizado de ámbito internacional, en el que se engloban activistas con el propósito de cambiar a la Iglesia y a la sociedad para darles un sentido igualitario, como quería y pretendía el comunismo.

 Antes de continuar, debemos decir que este movimiento no fue totalmente original, ya que por los años 60 estaban en boga por casi toda Europa otros movimientos similares como la “Teología Crítica”, la “Teología de la Esperanza”, la “Teología Política”, la “Teología de la Muerte de Dios”, la “Teología de la Revolución”, y probablemente alguna más. En estas “teologías” había una cosa curiosa: lo mismo estaban escritas por protestantes que por católicos, representando, obviamente, cada una de ellas sus respectivas corrientes.

 Durante el gobierno marxista de Salvador Allende en Chile, en los primeros años setenta del pasado siglo XX, los teólogos de la liberación se reunieron en aquel país y crearon un movimiento denominado “Cristianos para el Socialismo”. En la creación de este movimiento intervinieron un montón de ideólogos, siendo los de más peso el peruano Gustavo Gutiérrez y el brasileiro Hugo Assmann, que pueden considerarse como los auténticos creadores de la Teología de la Liberación. Hubo más reuniones de carácter internacional, como las que tuvieron lugar en Méjico, Detroit, Quebec y algunas más.

 Al final de la citada década de los años setenta, se creó la Asociación Ecuménica de Teólogos del Tercer Mundo, que agrupaba a los teólogos de América, Asia y África. Dicha asociación fue creada por el padre Sergio Torres, que a la sazón se encontraba en el exilio en Nueva York, tras la caída del gobierno de Allende. Uno de los objetivos era el de celebrar reuniones internacionales de teólogos de la liberación prácticamente en todo el mundo, pero principalmente en los continentes citados.

 El encuentro más importante tuvo lugar en 1.980 en Sao Paulo, con el nombre de IV Congreso Internacional Ecuménico de Teología, celebrándose la clausura en el Auditorio Pontificio de la Universidad Católica de Sao Paulo. En la noche del citado día de clausura se celebró la noche sandinista. Los teólogos asistentes, sacerdotes, obispos, etc, conmemoraron, junto con guerrilleros sandinistas, la toma del poder en Nicaragua. Sin comentarios.

 Este movimiento de la TL, contó con una propaganda enorme para su rápida difusión y divulgación. La citada propaganda sirvió, nada más y nada menos, para que en publicaciones católicas apareciese infiltrada la doctrina de la TL. Incluso aparecieron tales infiltraciones en Universidades y en los púlpitos y sermones parroquiales. Y no sólo esto, sino que también editoriales católicas contribuyeron a la tal difusión y divulgación. Esta infiltración y propaganda, hizo que la TL se difundiese rápidamente por toda Iberoamérica, penetrando asimismo en EE.UU., en Filipinas y hasta en Corea del Sur.

 Para terminar este primer artículo, diremos que la TL es un movimiento “ecuménico”. O dicho de otro modo: es un movimiento que reúne indistintamente a católicos y protestantes, admirados por el marxismo, con el objetivo de transmitir ideas y modos comunistas.

 Como resumen de este primer artículo, se pude decir que la Teología de la Liberación es la revolución en nombre del Evangelio.

 Continuará.



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