Desde los tiempos del “gonzalato”, pasando por los posteriores del “zapaterato”, y en los actuales de su “Sanchidad”, la tensión, la tirantez, los enfrentamientos, las pugnas, los embates, etc, etc, por mor del asunto territorial, van in crescendo.
Si eres un perceptor monocular de la realidad porque deduces lo que te dicen que tienes que deducir;si te refugias o escondes en ideologías que impiden ver la realidad e intercambiar ideas; si tu meta no es la honradez intelectual; si crees en el pensamiento único y también crees en el dogma de las certezas; si te consideras poseedor de la “hybris intelectualista” y crees asimismo que tienes una visión privilegiada sobre el mundo, si todo esto eres y crees, no entres en este blog.
Como decíamos
en anteriores entregas, iniciamos una serie en donde veremos someramente lo
acontecido en el día actual, es decir, el 30 de Abril, pero de años anteriores.
Vamos a ver unas efemérides, algunas luctuosas, de este día.
Como decíamos en anteriores entregas, iniciamos una serie en donde veremos someramente lo acontecido en el día actual, es decir, el 29 de Abril, pero de años anteriores. Vamos a ver unas efemérides, algunas luctuosas, de este día.
Probablemente este señor sea una de las
personas menos conocidas del mundo de la ciencia, a pesar de haber sido Premio
Nobel de Física en 1912.
Como observarán, estamos
dedicando unas entregas a los “roji-verdes-ecologistas”. Y como hay que
“recuperar la memoria histórica”, pues vamos a ello.
Continuamos con las poesías del libro “La Patria española”, del que ya hemos
comentado algo en nuestros anteriores artículos. En la página 90, hay una poesía
dedicada a Valencia. Su autor es Federico Gil Asensio. Dice así:
Como decíamos en la anterior entrega, en ésta última dedicada a Hernán Cortés, veremos la reconstrucción de la ciudad después de los terribles combates entre los españoles y los aztecas. La reconstrucción fue tal, que hubo quien declaró que en Europa no había una ciudad tan bella como la capital de la Nueva España.
Continuamos con las poesías del libro “La Patria española”, del que ya hemos
comentado algo en anteriores artículos. En las páginas 71 a 73, hay unos versos
que son el sentir el pueblo aragonés, y que corren parejos con las jotas. Estos
versos, que algunos llaman cantares, están dedicados a lo más variopinto de
costumbres, motivos, tradiciones, etc. Tales cantares, como es de suponer, son
anónimos. Algunos de ellos dicen así:
Como decíamos en la anterior entrega, en ésta veremos
someramente la conquista del espacio, así como las consecuencias que la ciencia
puede traer.
Como decíamos en nuestra primera entrega,
revolviendo en nuestra biblioteca, hemos encontrado un libro que teníamos
prácticamente olvidado. Su título es “La Patria española”, Editorial Magisterio Español, Madrid, 190
páginas, editado nada más y nada menos que el 4 de junio de 1.936, Edición 5ª.
Una joya.
Ya saben que uno de los motores, pilares, bases,
soportes, cimientos, apoyos, o como quieran ustedes llamarlo, de la izquierda
es el odio. Lo hemos visto recientemente en esta pasada Semana Santa. Como ya
hemos escrito varias veces, la izquierda habla mucho de tolerancia, pero sólo
toleran lo que está en panel ideológico: son los clásicos tolerantes
intolerantes. Ahí está la persecución a la religión cristiana de los sistemas
social-comunistas, como el actual de España. Contra la islámica ni mu.
La situación de los españoles volvió a ser desesperada, pues al día siguiente de la matanza de Alvarado, miles de indios comenzaron a atacar la guarnición española. La lucha se prolongó varios días, ya que los mexicanos lanzaban flechas incendiarias que quemaron buena parte el techo de paja de los refugios españoles, muriendo muchos de ellos.
Einstein fue el científico más célebre y prestigioso del siglo XX y
uno de los más grandes genios que ha dado la Humanidad. A pesar de haber tenido
un desarrollo intelectual lento en los primeros años de su vida (no empezó a
hablar hasta los cuatro años, según manifestó él mismo en una carta de 1954), a
los doce ya se preguntaba cómo vería moverse las agujas del reloj una persona
que viajase a la velocidad de la luz. Y a los dieciséis también se preguntaba
qué impresión produciría una onda luminosa a alguien que avanzara a su misma
velocidad. Las preguntas eran una premonición del camino que iba a seguir en
sus estudios. No vamos a fijarnos en el aspecto científico de Einstein, sino en el humano
y personal.
Para empezar, Albert era un hombre de una sencillez y humildad
extraordinarias. Poco antes de morir, decía que en mi larga vida he aprendido una
cosa: que toda nuestra ciencia, comparada con la realidad, es primitiva e
infantil. Cuando se le preguntaba si había heredado el talento de su padre
respondía con toda humildad y sinceridad que no tenía ningún talento especial,
sino una curiosidad casi infinita.
También se preocupaba por la suerte que habían corrido sus colegas en la
Alemania nazi de los años 30. A tal efecto, dio un concierto de violín en el
año 1934 en Nueva York en el que se recaudaron unos 6.500 dólares.
En 1952 se le ofreció la presidencia de Israel, ofrecimiento que rechazó
porque decía que para los asuntos humanos no tenía cabeza.
A principio de los años 30, universidades tan prestigiosas como las de
Oxford, París, Jerusalén, etc, le ofrecían todo tipo de ventajas para que
impartiese clases. La fama le acompañaba por todas partes, convirtiéndose en
una leyenda vida y en un héroe popular.
Cuando en 1931 se estrenó en Nueva York la película de Charlot “Luces de la ciudad”, Charlot llevó
a Einstein a tal evento con el objeto de promocionar la película,
aprovechándose de la enorme popularidad que por aquel entonces ya tenía el
físico. La gente se agolpaba en torno al coche por ver más a Albert que a
Charles. Le preguntó al cómico que qué significaba toda aquella muchedumbre. Su
humildad era así. No conocía la soberbia, la vanidad, la pedantería, la
presunción, ni se creía tener “el punto de vista privilegiado sobre el mundo”,
como ocurre con algunos pedantes intelectualillos de medio pelo de hoy día.
En cuanto a sus creencias religiosas, se puede decir que Einstein no era
ateo. En sus escritos de madurez, cuenta cómo leyendo a filósofos como Spinoza
haría unas reflexiones que le reconciliarían con la creencia en Dios. A tal fin
manifestaba que “la verdadera religiosidad es saber esa Existencia
impenetrable, saber que hay manifestaciones de la Razón más profunda y de la
Belleza más resplandeciente sólo asequibles en su forma más elemental para el
intelecto. En este sentido, pertenezco a los hombres profundamente religiosos”.
En 1939, poco antes de empezar la II Guerra Mundial, declaraba en
Priceton: “los más elevados principios de nuestras aspiraciones y
juicios nos los proporciona la tradición judeo-cristiana. Sus más profundas
convicciones se enraizaban en dicha tradición: sólo una vida vivida para los
demás vale la pena de ser vivida”.
A pesar de que hay autores que sostienen que Einstein era ateo, él mismo
confiesa: “No soy ateo, y no pienso que se me pueda llamar panteista.
Estamos en la posición de un niño pequeño entrando en una gigantesca librería
llena de libros escritos en muchas lenguas. El niño sabe que alguien debió de
haber escrito esos libros . . . Tampoco entiende los lenguajes en los que están
escritos y sospecha que existe un misterioso orden en la colocación de esos
libros, sin saber cuál es ese orden. Ésta, me parece a mí, es la actitud
hacia Dios, aún del más inteligente ser humano. Contemplamos al universo
maravillosamente dispuesto y obedeciendo a ciertas leyes, pero solamente de
manera borrosa entendemos esas leyes. Nuestras mentes limitadas perciben una
fuerza misteriosa que mueve a las constelaciones”.
En una carta publicada en diario "La Razón" el 26 de febrero de
2.003, queda clara la posición de Einstein sobre su fe. Dice el
científico: “La generalizada opinión, según la cual yo sería un ateo,
se funda en un gran error. Quien lo deduce de mis teorías científicas, no las
ha comprendido. No sólo me ha interpretado mal sino que me hace un mal servicio
si él divulga informaciones erróneas a propósito de mi actitud para con la
religión. Yo creo en un Dios personal y puedo decir, con plena conciencia, que:
en mi vida, jamás me he suscrito a una concepción atea”.
En marzo de 1952, escribía a un amigo lo siguiente: “Aquí reside el
sentido de lo maravilloso, que se incremente aún más con el desarrollo de
nuestro conocimiento. Y aquí reside la debilidad de los positivistas y ateos
profesionales, quienes se sienten felices en la conciencia de haber librado
exitosamente al mundo no sólo de Dios, sino incluso de lo maravilloso”.
Para terminar, recordemos algunas frases del sabio sobre su posición ante
el ateísmo, Dios y la religión.
“El tener una creencia religiosa no es un síntoma de estupidez, así como
tampoco el ser incrédulo es signo de inteligencia”.
“Aún ante la vista de semejante armonía en el Cosmos que con mi limitada
mente humana soy capaz de percibir, sigue existiendo gente que dice que no hay
Dios. Pero lo que realmente me encoleriza, es que dicha gente me cite a mí para
sustentar sus opiniones”.
“Ni existe una insuperable contradicción entre la religión y la ciencia, ni
puede ser reemplazada la religión por la ciencia”.
“La ciencia sin religión está coja, y la religión sin ciencia está ciega”.
“La luz es la sombra de Dios”.
“Hay dos maneras de vivir una vida. La primera es pensar que nada es un
milagro. La segunda es pensar que todo es un milagro. De lo que estoy seguro es
que Dios existe”.
"El hombre encuentra a Dios detrás de cada puerta que la ciencia logra
abrir”.
Con todo esto, Einstein nos está diciendo que el Universo es una obra
planeada y que cuesta trabajo creer que exista por pura casualidad. También nos
transmite la idea de que es difícil aceptar que la razón de la existencia del
Cosmos no tenga explicación.
Muchos pedantes marxistas tendrían que aprender de la sabiduría y humildad
de este gran hombre.
Y para terminar, una cosa curiosísima. Decía el sabio que "si
mi teoría de la relatividad es cierta, los alemanes dirán que soy alemán y los
franceses que soy ciudadano del mundo. Pero si no es cierta, los franceses
dirán que soy alemán y los alemanes que soy judío".
Vean esta animación GIF que hemos hecho en recuerdo de esta extraordinaria
persona.
Como ya saben, el doctor Sancheznstein necesita los
votos de ERC, sin los cuales no puede dar ni una puntada. Esto lo sabe la
nomenklatura de “Catalonia”, que ha colocado al mentado “doctor” en una
situación complicadísima, como lo demuestra, por ejemplo, que en los PGE
(Presupuestos Generales del Estado) han chupado dinero a mansalva, amén de
exigir la reforma del Código Penal para el nuevo trato de los delitos de
rebelión, insurrección, sublevación, sedición, etc.
El descontento, la insatisfacción, el enfado, la
decepción, el disgusto y todo lo que ustedes quieran añadir, está en el
frontispicio de muchos millones de españoles, aunque los responsables de esta
situación sigan mirando para otra parte y echando la culpa al fascismo, a la
derecha, a la gente retrógrada y reaccionaria, y demás monsergas de siempre,
cosas estas que, por mor del pienso y forraje que se da de comer al “pueblo
soberano” a través de los distintos “mass-media”, éste no se cree las
verdaderas causas de esta desastrosa situación, creyendo a pies juntillas, sin
embargo, las grandes “aseveraciones” de la Vicesecretaria General del PPPSSSOOOEEE
( I ) la asturiana Adriana Lastra Fernández
cuando dijo aquello de que “La alternativa es el PSOE” y lo de “un
gobierno decente”. No hacemos ningún comentario sobre estas palabras porque se
comentan por sí solas.
Tal día como hoy 15 de
abril, pero del año 1865, fallecía el decimosexto presidente de EE.UU. Abraham
Lincoln, vilmente asesinado por John Wilkes Booth, quien le disparó por la
espalda un tiro en la cabeza mientras gritaba “¡Sic semper tyrannis!”,
frase latina que se puede traducir por “Así siempre a los tiranos”.
Sería el primer magnicidio de la historia norteamericana. Había nacido en 1809.
Contaba, pues, 56 años.
Como recordarán, el “RMS Titanic” fue un transatlántico británico, el mayor barco del mundo al finalizar su construcción, que se hundió en la noche de tal día como hoy 14 abril a la madrugada del día siguiente, pero de 1912, durante su viaje inaugural desde el puerto inglés de Southampton a Nueva York.
Como ya saben, el cine es uno de nuestros temas
favoritos. Comentando el otro día con una persona de la familia sobre el asunto,
nos decía que por qué no habíamos escrito en el blog algo sobre los compendios,
partes, piezas, elementos, etc, del cine, llamado el séptimo arte. Nos ha
insistido un poco, y para complacerla, ahí va.