En nuestro artículo “Características de
los historiadores”, publicado en este blog el 18 de enero del año 2.015,
comentábamos los requisitos que todo historiador debe cumplir a la hora de
lanzarse a narrar
Quizá lo que más daño haga no sean los
historiadores, sino esos intelectualillos de medio pelo que intentan dar
explicaciones científicas haciendo ecuaciones con el comportamiento de las
masas, valiéndose de los poderosísimos medios de difusión ( ¿o serán de
confusión?) que, como en la historia de Orwell, aspiran a que
También hacen daño esos “historieteros”
mendaces, asalariados de lo políticamente correcto, que escriben fascículos y
más fascículos sobre la reciente Historia de España sin cuidar sus fuentes, y
que son insertados en periódicos que tragan todo lo que se les eche.
Los medios antes mencionados, con el
desarrollo, complejidad, técnica y poder que han alcanzado actualmente, ejercen
una inmensa influencia sobre el “pueblo soberano” que ya lo quisiera para sí el
propio Gramsci. En la citada Historia reciente de nuestra Patria se ha
instalado la mentira que, obviamente, hay que distinguir del error. Éste, por
nuestra condición de humanos, muchas veces es inevitable. Pero también es
cierto que, reconociéndolo, tal error desaparece.
Esa mentira impune, a pesar de ser flagrante,
casi nadie sale a la palestra a rectificarla. Se tergiversa, se oculta y se
manipula de tal forma que las mentiras se van apilando unas encima de otras
hasta llegar a distorsionar la realidad. La mentira se acepta y se deja
circular porque cuenta con un buen número de tenores y oráculos que se dedican
a ello. La falsedad deliberada constituye la bandera de los de la internacional
de la mentira, del odio y del terror.
Las opiniones y valoraciones de los “famosos”,
que por lo general no hacen más que majar, constituye, para muchísimas
personas, el último dictamen. La estulticia y memez de un pueblo queda así
reflejada. Es aterrador ver cómo se admite, sin el más mínimo análisis, lo
que se dice.
Los “internacionalistas” antes mentados, emplean
un método sibilino para defenderla: hacen creer a la gente que no se enteran de
lo que quieren borrar o destruir. Se habla y se escribe con aplomo
intelectual; se sabe de buena tinta; se analiza en profundidad;
se diagnostica . . .
En estos últimos años se han escrito y se
escriben artículos, libros, etc, sobre
El caso de este último, socialista británico
él, es paradigmático y un tanto contradictorio: sostiene que
No
obstante, en su libro “
Nota.- La imagen que insertamos corresponde a
los religiosos (8 hermanos de La Salle y un fraile pasionista) asesinados en la
localidad asturiana de Turón por los rojo-republicanos, no por los republicanos,
durante la revolución de Asturias de 1934.
Continuará.
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