Desde
los tiempos del “zapateratro”, en España campo por sus respetos una clase
política corrupta, además de ignorante, en lo que a la Historia se refiere, y
también antipatriota.
El gran jurista y político, verdadero republicano, Antonio García-Trevijano, decía en una ocasión que “el régimen del 78 supuso el triunfo de la cobardía y la deshonestidad. La cobardía no camina en solitario, siempre se apoya en el bastón de la ignorancia, y esta produce necesariamente irresponsabilidad. Y no solo del Gobierno y de la clase política en su conjunto, sino de la casi mayoría de los gobernados”.
Y Robespierre no se quedaba atrás: “El secreto de la libertad radica en educar a las personas, mientras
que el secreto de la tiranía está en mantenerlos ignorantes”.
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