La llevada, traída y manida
“ley” de la memoria histórica, y ahora “democrática”, no es más que un intento
de ver de forma parcial nuestro reciente pasado, intento que, por otra parte,
es un ataque directo contra la propia Historia, contra la libertad y, si nos
apuramos un poco, contra la misma cultura. Lo curioso del caso es que esta
“ley” (no entendemos muy bien el por qué de esta denominación), está
programada, promocionada y auspiciada por determinados políticos y partidos que
les importa un bledo, dos cominos y tres dídimos que sea un ataque contra lo
antes expuesto. Al mismo tiempo, tampoco se entiende muy bien que si se pierde
la memoria, ésta se vaya a recuperar por medio de una “ley”.
Una de las premisas de esta “ley” es la de que el Frente Popular era democrático. A poco que se lean varios libros, varios de ellos comentados en este blog, y otros que iremos comentando, pues eso, a poco que se lean, se verá que el tal Frente Popular de democrático no tenía absolutamente nada, pues estaba compuesto de anarquistas, marxistas, stalinianos, nacionalistas que, como es sabido, todos ellos son la antítesis de la democracia.
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