martes, 29 de septiembre de 2009

¿Se acabó el estado de derecho?


¿Dónde está el asesino De Juana Chaos?. La verdad es que nos preocupa. Pero nos preocupa más que con su excarcelación se haya acabado el estado de derecho y puede que también el sistema carcelario. La pregunta parece que surge automáticamente: ¿quién va a impedir que los presos que cumplen condenas se pongan en huelga de hambre, y haya que ponerlos en la calle por aquello de los “motivos humanitarios”?. ¿A caso estos “motivos humanitarios” sólo valen para determinados sujetos, por no llamarles de otra manera, que hayan asesinado a veinticinco personas?. ¿No valdrán también para un pobre caco ladrón de gallinas, o para un pobre “asesino” de urogallos?.
Esta claudicación del gobierno socialista ante una banda de asesinos, evidentemente desprestigia y desacredita al estado de derecho. El propio Pío Baroja ya advertía que el verdadero peligro de comunistas y socialistas no era cuando estaban en la oposición, sino cuando gobernaban, porque se daban cuenta de la debilidad del estado, procurando buscar los medios más contundentes para destruirlo desde dentro.
Pero lo terrible del asunto no es esa debilidad del estado de la que hablamos, si no que los gobernantes de ese estado, aliados con separatismos y terrorismos, no son tan débiles como aparecen a primera vista y como pudiera pensarse.
Luis David Bernaldo de Quirós Arias

domingo, 27 de septiembre de 2009

La República y la Guerra Civil española ( V I I I )


Los leopardos de la libertad

Decíamos en nuestra primera entrega sobre La República y la Guerra Civil española, que la bibliografía la pondríamos en el último capítulo. En el de hoy, mencionaremos la obra: “Una historia de la guerra civil que no va a gustar a nadie”, editorial Planeta, 2.006, página 82, en la que se puede leer:

“El miliciano Remigio Lodones, de la agrupación sindical Los Leopardos de la Libertad, recuerda con nostalgia aquellos días:

En cuanto amanecía empezaban los tiros de una trinchera a otra, los de enfrente menos porque andaban escasos de cartuchos, y así pasaban el día, vigilando para que no avanzaran, con mucha camaradería. Algunos nos juntábamos en las vaguadas a jugar a las cartas y charlar y, como había muchas milicianas deseosas de servir a la causa y de alegrar a los soldaditos de la República, pues, je,je. . . en mi vida he chingado tanto. No lo hacían por vicio ¿eh?, sino por ideología, porque eran las sacerdotisas del amor libre y hay que predicar con el ejemplo. Las más feillas no tenían mucha demanda, pero había una rubita aprendiza de modista en un taller de Serrano que terminaba el día escocida. Lo malo es que también había muchas putas y las purgaciones y la sífilis nos causaban más bajas que las balas fascistas. Total, cuando caía la tarde cerrábamos el quiosco y nos volvíamos en coches o en camiones a Madrid y, de anochecida, iba a la terraza del café La Estrella de Oro, en Carabanchel, y me pedía una zarzaparrilla fresquita, el fusil entre las piernas, la gente nos miraba con mucho respeto, y luego a casita.

Me había agenciado una cama muy buena en el saqueo de la casa de un fascista en el barrio de Salamanca y dormía estupendamente hasta las seis o así de la mañana, cuando venía a recogerme la camioneta del Comité para echar otra jornada en la sierra”.

No hacemos ningún comentario porque el asunto se comenta por sí mismo.

Nota.- Lo señalado en rojo es mío.

Luis David Bernaldo de Quirós Arias

lunes, 21 de septiembre de 2009

La República y la Guerra Civil española ( V I I )


El congreso de la República

No cabe duda de que la izquierda española, en el tema de la historia de nuestra guerra civil, ha llegado a tal manipulación que ya la quisiera para sí el mismísimo Gramsci. Tal manipulación se nos ofrece en los programas de televisión que, bajo la etiqueta de “documentales”, son pura propaganda al servicio de uno de los bandos contendientes. No hace falta ser ningún zahorí para adivinar de qué bando se trata.

Por eso, seguimos aportando documentación sobre muchos aspectos negados, omitidos, falseados, trucados, olvidados y silenciados. Así D. Pío Baroja, vasco cabal y español, decía en 1.932 sobre el Congreso de la República:

“El Congreso, en este momento, no representa a la masa social española. Si la representara, sería un conglomerado desgarrado de opiniones contradictorias, de rencores y de furias. El Congreso actual es más bien apacible y mediocre, es una creación artificiosa y falsa. No puede ser otra cosa. Parece ser que está hecho pensando no en el país, sino en la ubicación del Palacio de Congresos en la Carrera de San Jerónimo. Está hecho también con la idea preconcebida de dar la impresión de que España es un país en su mayor parte socialista, lo que es falso”.

jueves, 17 de septiembre de 2009

Bolivia al borde del desastre


Las decisiones políticas y económicas que está tomando el presidente boliviano Evo Morales, llevarán a esta nación al desastre. La nacionalización de los hidrocarburos es un retroceso económico que empobrecerá, aún más, a la ya de por sí pobre Bolivia.

El asunto probablemente no quede ahí. Seguro que después de la nacionalización de los hidrocarburos vendrá la de la banca, telecomunicaciones y demás empresas del “imperio”. Se excusará diciendo que su lucha es contra el liberalismo y contra el yugo yanqui. Sus instructores, Fidel Castro, Hugo Chávez, y “algún otro”, así se lo hacen saber. Poco importa que los efectos negativos de las nacionalizaciones estén harto demostrados. El odio a EE.UU. es visceral y ciego.

Relativamente cerca, tiene Evo Morales un espejo donde mirarse: México, con sus efectos desastrosos para su economía a causa de las nacionalizaciones llevadas a cabo en los años ochenta.

Evidentemente, con estas medidas de estatalización que está tomando Evo Morales, no habrá flujo de dinero para Bolivia, lo que impedirá el desarrollo de este país. Se dirá que tal dinero se obtendrá de las nacionalizaciones, pero ya sabemos, por desgracia, cómo funcionan las empresas estatales.

En fin, se avecina otro drama para Hispanoamérica. El culpable será una vez más, ¡cómo no!, Estados Unidos.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

La República y la Guerra Civil española ( V I )


Ahora que estamos ante una crisis económica sin precedentes y que no sabemos cómo vamos a salir de ella, también la Revolución del 34, hecha y realizada contra todo principio democrático, costó a las arcas del Estado republicano 600 millones de pesetas, amén de los 14 robados por González Peña al Banco de España y sin contar el valor de los 100.000 volúmenes quemados de la Universidad, así como asaltos, robos, latrocinios de todo tipo efectuados en comercios, fábricas, domicilios privados, etc, etc.
Hubo personajes de la talla de Salvador de Madariaga, o del mismísimo Indalecio prieto que reconocieron, años después, que el mayor error del PSOE había sido ir a la Revolución del 34.
Los saqueos y robos comprendidos entre julio de 1.936 y octubre de 1.937, fecha en la que fue liberada Oviedo, son de terror. Nos gustaría saber si alguno de los “asesores económicos” que tiene el Inquilino de a Moncloa, pudiese evaluar y valorar al cambio de hoy, el importe de aquellos robos. Seguro que serían miles de millones.
Pero esto no importa. El pensamiento único de un gobierno desastroso es el que impera. No solamente hay crisis económica, sino también crisis de imaginación. Así nos va: situación dramática, surrealista y esperpéntica. La subida de impuestos lo arreglará todo.

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