Sí, seguimos sin aprender de los errores de nuestra Historia reciente. Pero, claro, para corregir dichos errores hace falta contar la verdadera Historia, y no mentiras, distorsiones, omisiones, engaños, etc. Esto es lo que está sucediendo, con lo que estamos volviendo a los errores de siempre. Vamos a recuperar la memoria histórica del Bobo Solemne y la “democrática” de “Su Sanchidad”.
A comienzos del año 2004, el PSOE estaba dispuesto a
renunciar a todo, o a casi todo, con tal de llegar a la Moncloa. Trató de
presentar un programa con coherencia y sensatez que oscureciese los logros de
las políticas liberales aplicadas por el PP en aquellos años, reconocidas hasta
por el ex ministro socialista Carlos Solchaga. Una de las estrategias anti PP
para ganar las elecciones del 14 de marzo, era la coalición con partidos
antisistema que nada querían, y quieren saber de la democracia.
Las propuestas en políticas social y fiscal,
básicamente eran:
a).- Reforma de la Ley de Seguridad Social para que
las autonomías pudisen mejorar las pensiones no contributivas.
b).- Simplificación de los tramos del IRPF.
c).- Reducción del Impuesto de Sociedades y
d).- Rebaja del IVA: un 4 % para los alimentos básicos y un 1 % en productos culturales.
Todo el programa económico del PSOE fue coordinado por una persona que nada tenía que ver con el partido: Miguel Sebastián, ex alto cargo del BBVA, el cual dejó sin explicar las repercusiones que estas medidas tendrían para las arcas del Estado. Este señor también reconoció que algunas de estas medidas no se podrían aplicar hasta el 2006 por no disponer de “información suficiente”, haciéndose eco de las palabras de Zapatero, quien justificaba el no poder dar más detalles porque no conocía “exactamente los datos fiscales de este país”.
El señor Fidalgo, a la sazón secretario general de CCOO, manifestó que “la propuesta fiscal de los socialistas sólo beneficia al 3,4 % de los contribuyentes”, y que la bajada del IRPF “supondrá un agujero en la recaudación”.
También
el secretario general de UGT, Cándido Méndez, criticaba la propuesta fiscal
porque tenía muchas inconcreciones, lo mismo que su homólogo de la UGT de
Aragón, señor Membrado, quien decía tener algunas dificultades para interpretar
el modelo fiscal del PSOE.
El ínclito Alfonso Guerra, también echó un jarro de agua fría al tema fiscal de
Zapatero diciendo que la rebaja fiscal no merece la pena para recoger sólo un
saco de votos.
Otra promesa electoral de Zapatero, fue la enseñanza bilingüe, que permitiría a
las futuras generaciones “manejar con fluidez la lengua inglesa”. Se
supone que para tal menester, habría que contar con un profesorado muy
especializado y muy cualificado, ya que la Historia, la Física, las
Matemáticas, etc tendrían que darse en inglés. Para eso la enseñanza es
bilingüe. Del enorme coste que supondría esta propuesta, no se dijo nada.
Por otra parte, había que tener en cuenta que en muchas autonomías ya existía
el bilingüismo: lengua vernácula, más el español. Esto nos llevaría al
trilingüismo. No nos extraña, por este motivo, la propuesta de once horas
diarias (insoportables para los educandos) y sólo un mes de vacaciones. Si a
esto añadimos un ordenador por cada dos alumnos, la exigencia de material
presentaría de nuevo un coste elevadísimo.
Otro asunto que llamó la atención, fue la afirmación del líder socialista que decía
que sólo gobernará si logra más apoyos que el PP. Gran contradicción. Algunas
autonomías y concejos asturianos, figuraban controladas por el PSOE, aunque los
populares hayan sido los más votados.
¿Se acuerdan cuando el ex presidente de la Generalidad
de Cataluña, Pascual Maragall, dijo aquello de que si ganaba las elecciones el
PP, España volvería a la situación de 1936? ¿A qué situación se referiría? ¿A
la de las orgías, los saraos y los festines, como los que se celebraban en la
checa “Alianza de Intelectuales Antifascistas”, instalada en el palacio de
Zabálburu, adonde se fueron a vivir Rafael Alberti y su mujer? Mientras estos
intelectuales se divertían, los españoles morían en las trincheras. Podíamos
comenta mucho más sobre aquella España de 1936, pero ya hemos escrito bastante
sobre el tema en este blog.
En fin, seguimos sin aprender de la Historia y
continuamos con los mismos cuentos de hadas y cantos de sirena. Que se lo
pregunten a “Su Sanchidad” y a Sor Yolanda.
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