El socialismo verdadero, no el bananero al estilo de los González, Guerra, Zapatero, Pedro Sánchez, etc, es aquel en el que todos los miembros de la sociedad son socios verdadera, real y efectivamente de la misma con el objeto, entro otros muchos, de reducir la distancia entre las personas, respetando todo tipo de libertades y creencias. Nada de bota, bozal, grillete, oír, ver y callar.
Los gobernantes que se ven en la imagen, y otros que pretenden serlo ahora, no
se dieron cuenta, ni se la dan actualmente, que ejercer el poder es una empresa
enormemente difícil porque hay que tener en cuenta la resistencia, los
impulsos, las fuerzas adversas, las aspiraciones y voluntades, etc, de las
personas que forman todo el Estado.
Tampoco se dieron cuenta estos gobernantes, ni se la dan los que pretenden
llegar a serlo, que la política es servicio, y no poder. Se consideran
indispensables y poseedores de la llave de la verdad, en vez de considerarse
disponibles.
No se dan cuenta también de que la sociedad debe exponer y destacar sus propios
problemas y que el Estado y su Gobierno son los que deben resolverlos. Lo malo
no está en que existan esos problemas. Lo malo está en suscitarlos y crearlos
con total irresponsabilidad, como ocurrió con los gobiernos del
"gonzalato" y el "zapaterato". Y no digamos ya nada ahora
con el “sanchismo”. Y para qué hablar si llegase el "iglesiato".
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