Y seguimos con la influencia soviética sobre la II República española que, como ya hemos dicho varias veces, se sigue omitiendo por los “historieteros” de ahora.
Como ya es sabido, D. Niceto Alcalá-Zamora entregó el poder a D. Manuel Portela Valladares que, entre otras cosas, no tenía partido, ni programa político, ni alguien que le respaldara, además ni siquiera era diputado
Según cuenta D. José María Gil Robles en la página 9 de su obra “España
encadenada”, Editorial Revista Católica, El Paso, 1936, “apoyó a
las izquierdas con toda la fuerza oficial, falsificó las actas de varias
circunscripciones, dejó que las turbas coaccionaran a los electores de
derechas, y el día 19 de febrero de 1936 traspasó el poder a las izquierdas
revolucionarias”
Por otra parte, Dolores Ibarruri nos cuenta en la página 215 de su obra “Pasionaria.
Memorias”, Editorial Planeta, Barcelona 1985, que los comunistas habían
anunciado que querían establecer la dictadura del proletariado, como decía José
Díaz, a la sazón líder comunista: “Nosotros luchamos y lucharemos
siempre por nuestro programa máximo, por el establecimiento de la dictadura del
proletariado”.
Al mismo tiempo, Francisco Largo Caballero, el Lenin español, que como
recordarán fue, entro otras cosas, miembro del Consejo de Estado durante el
gobierno de Primo de Rivera, ministro de Azaña en los dos primeros años de la
República, y quizá el de más responsabilidad en la revolución de octubre de
1934, dijo en Valencia que “la burguesía cumplió su papel e hizo su
revolución. La clase trabajadora tiene que cumplir el suyo y hacer también su
revolución . . . Si no nos dejan, iremos a la guerra civil”. Esta frase del
Lenin español figura en la página 141 del libro de Juan Carlos Girauta “La
república de Azaña”, Editorial Ciudadela Libros, Madrid 2006, 288 páginas,
libro que comentaremos próximamente. En esta obra nos dice Pío Moa en el
Prólogo que "Azaña vino a ser el clásico aprendiz de brujo que
desata fuerzas incontrolables”.
Una vez ganadas las elecciones por el Frente Popular, Portela Valladares
renunció al poder, siendo Manuel Azaña el encargado de formar gobierno,
haciéndolo en diez minutos. Este último detalle de “los diez minutos” figura en
la página 13 de “Memorias de guerra 1936-1939”, de Manuel Azaña,
Editorial Grijalbo,Barcelona 1996, 485 páginas.
¿Qué dicen a todo esto sor Yolanda y su "Sanchidad" en su “memoria democrática?
Continuará.
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