Como ya hemos dicho varias veces, en aquella república había un conflicto de intereses: por una parte estaban las directrices y conveniencias de la URSS, y por el otro la defensa de la verdadera República, que era la que defendían los Ortega y Gasset, Marañón, Pérez de Ayala y varios más, que tuvieron que huir a Francia perseguidos por los comunistas.
En los artículos anteriores, comentábamos los asesinatos de generales en la zona republicana. Continuamos con el mismo tema.
Como recordarán y sabrán, cuando Largo Caballero, el Lenin español, era presidente del Gobierno en los años 1936-1937, su gobierno fue llamado propagandísticamente “El de la victoria”. El Ejército que se quedó en terreno republicano fue denominado “Ejército Popular de la República”, usando y tomando símbolos, anagramas, gestos y organigramas copiados del Ejército Rojo de la implosionada Unión Soviética. Así, por poner unos ejemplos, el saludo militar con la palma abierta y los dedos pegados a la sien, fue sustituido por el puño cerrado creándose, por otra parte, los comisarios políticos, etc, etc
A tal efecto, el BOE de aquellos años treinta, denominado “Gaceta de Madrid”, publicó un decreto en octubre de 1936, obviamente firmado por Largo, en el que se instituía el Comisariado Político. Dicho Comisariado, formado la mayoría de las veces por incompetentes tanto en asuntos militares como políticos, fue el causante de asesinatos de personas que pertenecían a la misma ideología caballerista pero que, siguiendo las instrucciones que se emitían “desde arriba”, dichas personas eran eliminadas por ser trotskistas, traidores, fascistas y las demás monsergas de siempre.
Asimismo, en octubre de ese mismo año se crea el Comisariado General de Guerra, con el objetivo de controlar las fuerzas armadas republicanas y lograr una “entente” entre el mando militar y las masas combatientes, ya fuesen milicianos o militares.
Dicho todo esto, otro de los generales fusilados fue Jacinto Fernández Amón, que a la sazón era Gobernador Militar de Gerona, y que había decretado el estado de guerra en dicha ciudad. Una vez detenido, se lo llevaron a Barcelona, en donde fue fusilado por milicianos en Moncada el día 22 de julio de ese año 1936.
Al mes de cumplirse el Alzamiento, también fueron condenados a muerte y fusilados los generales que había dirigido dicho Alzamiento en Málaga, Madrid y Barcelona.
En el próximo artículo veremos más asesinatos de generales cometidos por los rojo-republicanos, que nada tenían que ver con los verdaderos republicanos.
Continuará.
No hay comentarios:
Publicar un comentario