Y seguimos con la influencia soviética sobre la II República española que, como ya hemos dicho varias veces, se sigue omitiendo por los “historieteros” de ahora.
Como ya hemos dicho varias veces, en
aquella república había un conflicto de intereses: por una parte estaban las
directrices y conveniencias de la URSS, y por el otro la defensa de la
verdadera República, que era la que defendían los Ortega y Gasset, Marañón,
Pérez de Ayala y varios más, que tuvieron que huir a Francia perseguidos por
los comunistas.
En el diario La Nueva España de fecha 26 de octubre de 1937, página 5, se lee:
“Letanías a la U.R.S.S.”
“Desde que la U.R.S.S. pareció ofenderse ante las equívocas alusiones que le
dirigieron los anarquistas, toda la Prensa roja se ha visto en la
obligación del desagravio cotidiano a la ‘Madre Rusia’.
Así, bajo el título de ‘La U.R.S.S., nación excepcionalmente amiga’, ‘Las
Noticias’ del día 20 de los corrientes:
‘Resulta asombroso, vergonzoso e indignante, repetimos, que a una nación –
verdadera patria del proletariado mundial – que así ha procedido y procede
pudiera zaherírsela y ofenderla en la España republicana, intentando desvalorar
su ayuda material y moral, atribuyéndole móviles interesados y llegando a
equipararla con Alemania’.
Y a continuación añade la consigna monstruosa e invariable, impuesta
uniformemente por el Kremlin al dictado de Stalin:
‘Esta labor difamatoria y repugnante sólo podía ser concebida en los
‘trotskistas’, eternos traidores cuya misión en todas partes es la de sabotear
la obra y el ejemplo magnífico de la Patria del Socialismo, pero no en otros
elementos, los que nos place creer sinceramente antifascistas y que, sin
embargo, se habían lanzado también a una campaña de la que, en buena hora,
parecen decididamente apartados, acaso, entre otras causas, porque han podido
constatar que el pueblo español, de un modo unánime, ha valorado y repudiado
como propias la ofensas al pueblo ruso y al Estado soviético”.
En fin, sin comentarios.
Continuará.
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