jueves, 25 de mayo de 2023

Estatismo, petróleo y miseria


 

El aumento de la pobreza está llegando, por desgracia, a extremos insospechados. Millones y millones de personas no tienen agua, carecen de asistencia sanitaria y viven con menos de un euro diario. Generalmente, estas personas están gobernadas por tiranos y dictadores que, aplicando políticas estatistas, siguiendo la senda de los Marx, Lenin, Stalin, etc, impiden el normal desarrollo de la sociedad. Como ya es sabido, estas políticas sólo buscan rentas del Estado, sobre todo políticas. En estos sitios no hay ni libre competencia ni libre comercio. Solamente existen críticas contra  “el capitalismo salvaje” y contra “la Infame”, amén de contra otras cosas. Contra el marxismo salvaje que ocasionó hambrunas gigantescas y dejó a millones de personas en la más absoluta miseria, nadie dice nada.

Dichas políticas, bajo el eufemístico nombre de políticas sociales, lo único que consiguen es que tanto el poder económico y político quede concentrado en las manos del Estado, beneficiando a unos pocos privilegiados. Estas élites no sufren ni sienten los padecimientos de sus pueblos: hambre, enfermedades, atropellos a su dignidad, violaciones de su libertad, etc. Toda esta política intervencionista lo único que genera es miseria y hace que imparables y gigantescas oleadas de personas se fuguen a Europa, Canadá y EE.UU. Los pobres del mundo, hartos de tanta mentira repetida hasta el hastío, nunca emigraron a Cuba, a Corea del Norte, a la destartalada URSS, etc.


Curiosamente, en estos estados totalitarios (“modelos referenciales” para algunos microcerebros), los conceptos de paz, solidaridad, fraternidad, derechos humanos, igualdad, etc, son usados con una altoparlante propaganda, para después pisotearlos y violarlos el nombre del totalitarismo social. No nos engañemos: el estatismo, el intervencionismo o el socialismo marxista no pudo ni podrá generar bienestar. La realidad lo ha demostrado. Además, el determinismo económico marxista es per se un error.

Repasando nuestra hemeroteca, como hacemos de vez en cuando, encontramos en informe del Banco Mundial de año 2002 que decía que cuanto más pobre es un país, más dinero cuesta abrir una empresa. Ponía como ejemplo a Bolivia, en donde se necesitaban 1.484 dólares, de los que 1.200 se los lleva un abogado por prepararle la solicitud oficial. Caso parecido, según dicho informe, era el de Nicaragua: 1.025 dólares , de los que el 73 % se los lleva el papeleo.

Sin embargo, en EE.UU. el asunto era, y es, diametralmente opuesto: se podía abrir una empresa por 210 dólares, cifra que puede ganar cualquiera. No hacen falta notarios, abogados, etc. La burocracia es mínima. Sólo se requiere cubrir un formulario, que puede hacer el propio interesado, y solicitar el correspondiente NIF, que es gratuito.


Las conclusiones que se sacan de esto, son claras: en unos sitios se ponen trabas a los emprendedores y en otros no. No olvidemos que estos emprendedores son los motores del crecimiento económico.

Ahora pasemos al asunto del petróleo. El chantaje y extorsión que está haciendo la OPEP a Occidente es archisabido: prácticamente el 43 % del petróleo mundial se produce en los países agrupados en aquella organización, de los que unos pertenecen o bien a la Liga Árabe o bien a la Conferencia Islámica. El perjuicio no solamente lo están haciendo a Occidente, sino al cualquier país que esté intentando su despegue económico, esté donde esté. Además, el 80 % de las reservas del planeta se encuentran en estos sitios.

A este cártel del petróleo, dirigido por regímenes teocráticos islámicos en su gama de dictadores, jeques, príncipes, etc, les importa un bledo, dos cominos y tres dídimos la pobreza y el atraso de millones de personas en el mundo. Estos seguidores de Alá, sí que son los verdaderos representantes del capitalismo salvaje.

 

A pesar de que en los últimos años se han registrado notables avances en la disminución de la pobreza, no cabe duda de que se podría haber avanzado mucho más de no haber existido las políticas estatistas, centralistas, colectivistas y el chantaje petrolero.

Nota.- Recomendamos leer los comentarios sobre los libros “La corrupción en la Unión Soviética”, insertados con fecha 2 de noviembre de 2026; “La nomenklatura. Los privilegiados en la URSS”, insertado el 14 de junio de 2017, y “La unión Soviética. De la Utopía al desastre”, insertados el 24 y 26 de febrero de 2018.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Archivo del blog