Los numerosos asesinatos que se
cometían en Madrid, con cadáveres por cunetas, calles y parques, después de ser
“paseados”, llevaron a muchos diplomáticos extranjeros a intervenir para salvar
la vida de aquellas personas inocentes vilmente asesinadas Los diplomáticos empezaron a recoger a muchos
madrileños en sus embajadas. El principal fue Félix Schlayer, cónsul de Noruega
en Madrid, uno de los testigos más importantes. Es autor de “Diplomático en
el Madrid rojo”, comentado en este blog con fechas 30 de agosto y 3 de
setiembre de 2.021, siendo también autor de “Matanzas en el Madrid
republicano”, libro que comentaremos próximamente.
El chequista Agapito García
Altadell, miembro del PSOE y
posteriormente del PCE, después de desvalijar los hogares de las personas que
detenía, las entregaba a las temidas checas, siendo la más terrible la de la
calle de Alcalá, conocida como la de “Bellas Artes”, que luego la trasladaron a
la calle Fomento, siendo una checa oficial.
A mediados de agosto empezaron a
funcionar los Tribunales Populares en la cárcel Modelo, lo que llevó a que
cualquier huella de garantías procesales, desapareciesen automáticamente.
En la noche del 22 al 23 de agosto de
1936 fueron asesinados el diputado doctor Albiñana; Melquíades Álvarez,
republicano y jefe del Partido Reformista, Decano del Colegio de Abogados
madrileño y ex presidente del Congreso; José María Martínez de Velasco, ex
diputado y ex ministro; Fernando Primo de Rivera, militar; Manuel Rico Avello,
diputado y ex ministro; Julio Ruíz de Alda, aviador militar. Todos ellos fueron
fusilados sin ninguna garantía procesal. También hubo otros crímenes como los
de los capitanes Ordiales, Joaquín Fanjul, y los de los generales Villegas y
Owaldo Capaz.
Continuará.
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