domingo, 7 de agosto de 2022

Características del social-comunismo


 Las características negativas del social-comunismo son muchas. Precisamente estas características son las que hacen que se sitúen en las poltronas gubernativas los individuos, individuas e “individues” que, en el fondo, son los que las promueven.

Lo primero que tratan de inculcar es el igualitarismo, pero con una gran dosis de rencor, de tirria, de inquina, etc., con el objeto de mantener al “pueblo soberano” en una situación de gregario rebaño sumiso, mientras ellos se aprovechan de ese “igualitarismo” viviendo en lujosas mansiones y viajando en aviones, helicópteros, o en una caravana de coches para recorrer cuatro pasos.

El social-comunismo precisa de mansos corderos perfectamente domados para inculcar, al más puro estilo gramsciano, el pensamiento único. Pero lo peor del asunto es que este sistema de gobierno, si es que se puede llamar así, la “nomenklatura”, que es la élite privilegiada de dicho sistema, vive a la gran Dumont, inculcando a dicho “pueblo soberano” ilusorios y postizos  valores bien elaborados por la maquinaria del Estado, del que decía Hegel, gran apasionado y ardiente defensor de la Revolución Francesa, que era el utensilio, el aparato, el dispositivo, etc, más halagüeño, más próspero, más benéfico, etc, que la Humanidad había concebido.

Como puede verse, populismo, demagogia y logomaquia, asuntos estos que el Estado usa como instrumento de embate, arremetida y de defensa, según convenga. Como ya saben, para todo este tinglado se usan los “mas-media”, sin que dicho “pueblo soberano” se pare a recapacitar y a examinar, razonar, analizar, etc, los hechos y cuestiones que se relatan.

Y terminamos con una gran frase de Winston Churchill: “Sin prensa libre y libertad de pensamiento, gobierna cualquiera”.

Vean el siguiente vídeo de YouTube sobre las vacaciones de su “Sanchidad”.




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