domingo, 21 de agosto de 2022

La República de la que nadie habla ( X X V I ). Sus crímenes ( I )


 Como ya saben, en noviembre de 1936, concretamente el día 6, las tropas nacionales llegaban a las puertas de Madrid. El gobierno republicano, presidido por el socialista-marxista Largo Caballero, huyó de la ciudad, dejando el sino de los madrileños en manos del PCE que, como no podía ser de otra manera, siguió las instrucciones de Moscú obligándole a continuar la guerra. Ante la probabilidad de que miles de presos políticos pudieran ser liberados y rescatados de sus cárceles, tomo la decisión de aniquilarlos, cometiendo el Frente Popular en Paracuellos de Jarama, probablemente el mayor genocidio de nuestra historia.

De la cárcel Modelo salieron las mayores y principales “sacas” de presos, que luego serían asesinados en Paracuellos. Durante los tres años que el PCE controló la capital, tuvo lugar el exterminio bien organizado de la población civil. Para ello se entregaron armas a los milicianos izquierdistas, que eran de una violencia extrema, produciéndose en el Cuartel de la Montaña la matanza de los sublevados que se habían rendido.

Para socialistas y comunistas de aquel Frente Popular, la obsesión y el objetivo eran la eliminación de millares de españoles condenados por el simple hecho de sus creencias religiosas y políticas. Parecían los tiempos de la revolución rusa de 1917. Con la aparición de las checas, el terror llegó a un extremismo brutal.

El gobierno frente populista toleró y admitió que dichas milicias izquierdistas, formadas e integradas por delincuentes comunes salidos de las cárceles, hiciesen sus formaciones particulares, es decir, las temidas checas que, bajo el apoyo, ayuda y amparo de lo que se conocía como “Tribunales Populares”, empezaron las capturas, crímenes, asesinatos y “paseos” de los “enemigos” de la República y de la “libertad”, ya saben: personas de derechas y sobre todo personas religiosas, cuando verdaderamente eran los milicianos los que abatían, pisaban mancillaban y despreciaban a la República y a la libertad.

Otro de los objetivos del PCE, cuando los nacionales ya rodeaban Madrid, era apoderarse de la Junta de Defensa, asunto este que consiguió, amén de desear eliminar a la “quinta columna” por mandato de Moscú y de la Internacional comunista. Dicha “quinta columna” la componían las personas que podían engrosar las filas nacionales si Madrid caía.

Cuando la guerra comenzó, el asunto no iba bien para el bando republicano. La situación obligó a Manuel Azaña a cambiar el gobierno, haciéndose con el poder el violento y radical socialista-marxista Largo Caballero, que había demostrado tales “virtudes” durante el golpe de estado de la revolución de Asturias de 1934. Bajo su gobierno se cometieron todo tipo de asesinatos y crímenes en la zona republicana. Las citadas milicias frente populistas se convertirán en dueñas del escenario. La responsabilidad del gobierno en este asunto quedó manifiesta, aunque para ciertos “historieteros” y lameculos de la internacional del odio, de la mentira y del terror, tales crímenes y asesinatos fueron obra de “incontrolados”.

Pero, claro, oiga, dichos “historieteros internacionalistas” nada dicen de lo que apareció en el periódico comunista “Milicia popular” el 5 de agosto de 1936, periódico que se publicó entre julio de 1936 y enero de 1937:

“En Madrid hay más de 1.000 fascistas presos entre curas, aristócratas, militares, plutócratas, empleados . . .¿Cuándo se les fusila?”

Continuará.



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