viernes, 12 de agosto de 2022

Enseñanza, no adoctrinamiento


 

El sistema de enseñanza que tenemos, que en realidad es de adoctrinamiento, enseña a los educandos nuestra historia reciente a base de distorsiones, desviaciones, tergiversaciones, supresiones, omisiones, hipótesis, suposiciones, intuiciones, etc. Las falsas ideas que se inculcan son de tal linaje, que incitan y avivan las disputas, los altercados, la reyertas, las luchas, las broncas, los enfrentamientos, etc, amén de mantener vivos unos nacionalismos apasionados, ardientes y fanáticos.

También con esto se consigue que los educandos tengan creencias en vez de entendimiento, lo que hace que la gente joven se crea que tiene criterios, conceptos, apreciaciones y opiniones seguras y ciertas, sobre asuntos y cuestiones inciertas, inseguras, dudosas, vagas, etc.

En fin, la verdadera educación tiene que incentivar el deseo de conocer la verdad, no la certidumbre y el convencimiento de que un señalado y definido dogma político es el auténtico y certero. Esto lleva a la debilidad, a la pérdida y a la decadencia intelectual. Lo que tiene que hacer los educadores es sugerir dudas, siempre y cuando que sean constructivas, y no la obediencia y sumisión del alumnado a intenciones u designios políticos, porque entonces caeremos en el adoctrinamiento, como decíamos antes.

Y como dice la coletilla actual, esto es lo que hay.



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