Continuamos con este “gran
demócrata” que, como decíamos en la primera entrega, fallecía el 18 de este mes
de setiembre, pero de 2012.
El periódico “Política”,
órgano oficial de Izquierda Republicana, publicaba el 14 de marzo de 1.939 un
artículo intitulado “La deslealtad
comunista”. En ese mismo periódico y en la parte superior derecha, se leía
el siguiente párrafo: “La gran cantidad
de víveres almacenados en los centros comunistas demuestra su firme propósito
de resistencia. Con pan o sin pan, como dice el doctor Negrín; pero con
jamones, botes de leche, carnes en conserva, etc, etc".
El artículo antes mencionado,
decía:
"La deslealtad comunista"
"Desde el momento en que los restos del Gobierno
ilegítimo y dictatorial de Negrín huyó al extranjero y los jefes militares,
única autoridad de la
República en estado de guerra, constituyeron con las
representaciones políticas republicanas, socialistas y confederales el Consejo
Nacional de Defensa, el Partido Comunista hubo de lanzar a la sedición a las
fuerzas del Ejército de que pudo disponer.
Con esto ha culminado y se ha descubierto la política
de deslealtad que ha seguido siempre ese Partido de dirección extranjera que se
ha servido de todos los demás para conseguir con la fuerza ajena lo que nunca
hubiera podido lograr con la propia, casi nula.
Porque el Partido Comunista ha logrado todos sus
éxitos por la deslealtad. La
Unidad ha sido su gran mentira. La unidad con los fuertes,
cuando no era nada, para dividirlos en provecho suyo y dominarlos después.
El Partido Comunista, antes de la guerra, no podía
conseguir nunca más que un diputado. Había nacido en España para dividir al
proletariado, para disminuir la fuerza del Partido Socialista y de la U.G.T. que llevaban cincuenta
años de labor política en España. Los comunistas hacen la unión de las
Juventudes para ponerlas frente al Partido Socialista, para eliminar a Prieto,
que pudo haber evitado la guerra, y a Besteiro, y a los hombres, en fin, que
alcanzaron mayor prestigio en el Socialismo.
Los comunistas han situado a sus agentes, con
distintos carnets, en los puestos decisivos. Esa ha sido su unidad. Unidad con
el Partido Socialista, a condición de que éste fuera Negrín y Álvarez del Vayo.
Unidad en el Frente Popular, a condición de dirigirlo, siendo una exigua
minoría.
Unidad del Ejército Popular siempre que el Comisariado
comunista lo dominara. Una unidad que no ha tenido inconveniente en romper
mediante una lucha sangrienta con el enemigo enfrente, a las puertas de Madrid,
en momentos gravísimos, en cuanto ese Ejército ha estado dirigido por sus jefes
militares, por el general Miaja, a quien han jurado tantas veces adhesión
entusiasta, por el coronel Casado y por los demás jefes fieles al interés de
España. No admitían, pues, más unidad que aquella que sirviese sus fines. Si
los demás españoles sacuden su tiranía para defender los intereses generales de
la nación, frente a los de un partido dirigido por el extranjero, entonces los
comunistas ya no se sienten en unidad con ellos. Más aún, los hieren por la
espalda, en los días en que, perdida Cataluña por la gestión desastrosa del
Gobierno de Negrín, la
República se encuentra en una situación decisiva en la que se
ventilan la independencia nacional y la vida de todos los españoles leales.
Los soldados republicanos que han caído durante los
pasados días; las posibilidades con que podemos contar para mañana; la suerte
de todo el Ejército y aún de toda la población española; lo que haya de ser
España. Todo eso es lo que ha defendido el Consejo Nacional de Defensa en la
lucha felizmente terminada con el triunfo del Ejército republicano".
El asunto se comenta por sí
solo. Carrillo, defensor de una ideología totalitaria y desleal a la República, ¿cómo
demonios va a ser un demócrata? Además, por definición, un comunista nunca
podrá ser demócrata por mucho que traten de engañar a la gente.
Continuará.
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