Paparruchas

Es sobradamente sabido que los impuestos, en casi todos los casos, destruyen o disminuyen la venta del artículo o, lo que es peor, si lo que se grava es de general consumo, como pueda ser los combustibles, las consecuencias son catastróficas.

¿Por qué no nos paramos a pensar que lo que España necesita es ahorrar? ¿Cómo vamos a pagar la mareante cifra de la deuda pública de más de 1 billón y medio de euros que tenemos en estos momentos con el desgobierno de “Su Sanchidad” y de Sor Yolanda? ¿Por qué no se hace aquí lo que han hecho muchos países en Europa, aumentando otro tipo de impuestos, casi siempre indirectos, sin que por ello se genere más paro ni más deuda?

 Otro asunto con el que hay que tener cuidado es con el manido tema de la empresa privada y la pública. Se está cargando demasiado la espalda de la primera, cuando la segunda está sobradamente demostrado que no funciona y que es la que genera déficit. Si hay que apretarse el cinturón, que lo apriete todo el mundo.

 En fin, ya lo hemos dicho muchas veces y no nos cansaremos de repetirlo: mientras no haya los dídimos suficientes para meter mano a este Estado mastodóntico que tenemos, suprimiendo autonomías, Senado, monarquía y subvenciones a los sindicatos, no habrá nada que hacer. Lo demás serán paparruchas.