Como ya es sabido, aunque algunos lo nieguen y otros lo ignoren, el comunismo deja por donde pasa una estela de dolor, de terror, de odio y de sangre. A pesar de su propaganda, es un sistema verdugo y saqueador, tanto en lo económico como en lo cultural, que además ha instalado campos de concentración, checas y patíbulos por doquier para encerrar y asesinar a toda persona disidente, obligando a todo el mundo a acatar sin rechistar su política de miseria y opresión.
Por otra parte, el comunismo, y en concreto el PCE de la II República española, enfoca y enfocaba los problemas desde una óptica partidista y estrecha. Había que cumplir las órdenes de Moscú. Pare ello se recurría a todo tipo de estrategias, tácticas, mitos y a una riada propagandística descomunal basada principalmente en tópicos típicos y en la demagogia y la logomaquia.
Todo esto ha influido, e influye, no solamente en las mentes del “pueblo
soberano”, sino en las de ciertos “historieteros” de lo políticamente correcto
que, de forma pedante y soberbia, se atribuyen éxitos inexistentes.
A poco que se haya leído sobre el comportamiento de los comunistas en aquella
República, y en cualquier sitio, se les puede considerar cono “los diablos de
las aguas turbias”, parafraseando el título de la película “El diablo
de las aguas turbias”, de Samuel Fuller, e interpretada por Richard
Widmark.
La propaganda comunista ha sido, y es, tan brutal que se ha llegado crear
varios estereotipos. Así, por ejemplo, está el elaborado por los disidentes;
otro por los anarquistas, otro por los socialistas, otro por los exiliados y
otro por ciertos sectores de la Iglesia y del clero. Ahí está la Teología de la
Liberación.
Lo cierto es que a pesar de autoplocamarse como democrático, el PCE siguió la línea
que le marcaba Moscú, línea agresiva y subversiva que lo único que perseguía
era la destrucción del Estado para luego apoderarse de él.
En la próxima entrega veremos algo sobre la intervención comunista en la
revolución de octubre de 1934, asunto este que, como ya sabe, estuvo de moda
con aquello de “La Noche Blanca” ¿Se acuerdan? Con este mismo título hemos
publicado cuatro artículos insertados en este blog con fechas 7, 8, 10 y 11 de
octubre de 2020.
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