martes, 26 de septiembre de 2023

Colapso de la URSS. Cambio de vida para millones de personas ( I I )


 

Como decíamos en la anterior entrega, en ésta seguiremos viendo la persecución a muerte contra la religión, que es uno de los principales objetivos del comunismo.

Como no podía ser de otra manera, en los diarios guacamayos del régimen, tales como “Izvestia”, “Pravda” y algunos más, aparecían artículos contra el Vaticano y la Santa Sede, diciendo que Pío XI, a la sazón Papa, era un aliado de la tiranía burguesa y del capitalismo y, por tanto, enemigo del proletariado. Como siempre, mentiras e insultos. A dicho Papa le llamaban el Zar del Vaticano.

Ni qué decir tiene que cualquier tipo de texto religioso estaba prohibido en aquel monstruoso sistema. Como ya supondrán, la Biblia también estaba prohibida, siendo esta obra la primera producida por Gutemberg. Si alguien se declaraba creyente de cualquier religión, la temible GPU, después KGB, empleaba todo tipo de medios para combatir a dichos creyentes: prisión, suplicios, deportaciones, trabajos forzados y penas de muerte.

También hubo un tiempo en el que la semana quedó reducida a cinco días, con el objeto de eliminar la celebración del domingo.

En el año 1923, y con el objeto de vejar a la Iglesia Católica, que el sistema no podía extirpar de la población, se solicitó al gobierno que sacrificara un alto personaje de la jerarquía católica, siendo elegido para esto el obispo de Petrogrado Monseñor Budkiewicz. Fue llevado hasta Moscú y paseado por la ciudad en una grotesca mascarada, encerrándolo a continuación en la cárcel. El Domingo de Ramos tuvo lugar el simulacro del juicio, sentenciándolo a muerte. A las 10 horas del día de Viernes Santo se le asesinaba a balazos. Ni qué decir tiene que de todas las partes del mundo, a través de distintas organizaciones, como la Liga de los Derechos Humanos, la Secretaría General de las Naciones, etc, pidieron a Gueorgui Chicherin, a la sazón ministro de Asuntos Exteriores entre 1918 y 1930, clemencia. Ni caso les hizo.

En la próxima entrega continuaremos con este tema de la implacable persecución religiosa en la destartalada URSS

Continuará.

Fuente.- “El imperio soviético”,  autor Dionisio R. Napal, Editorial Stella Maris, Buenos Aires setiembre de 1932, páginas 114 a 117.




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