viernes, 29 de septiembre de 2023

Colapso de la URSS. Cambio de vida para millones de personas ( I I I )


 

Como decíamos en la anterior entrega, en ésta seguiremos viendo la persecución a muerte contra la religión, que es uno de los principales objetivos del comunismo.

Como ya saben, el partido “sin Dios ni amo”, pretendió, y pretende poner a Lenin como un símbolo sagrado. (Decía un pedante marxista infumable que este sádico y cruel sujeto había sido “el personaje más importante del siglo XX”. También dijo El Coleta en su día que “era un genio”). Sus imágenes, fotos, estampas, retratos, bustos, estatuas, etc, aparecían por todos los sitios de la destartalada URSS. También esto ocurría con Mao en China, y con Fidel Castro en la actual Cuba. Cuando la gente pasaba por delante de las imágenes del mentado Lenin, le saludaban respetuosamente. Además, sus escritos, llenos de odio y terror, eran considerados como santos.

Como ya saben también, su cuerpo momificado dentro de un ataúd, estuvo, y probablemente esté, rodeado de dos soldados montando constantemente guardia. Bastante tiempo después de su muerte, cuando había una asamblea del partido y alguien pronunciaba su nombre, la concurrencia se ponía en pie, guardando unos minutos de silencio. Más fanatismo no se puede pedir.

A pesar de todo tipo de hostilidades, de amenazas, de ultrajes, suplicios, prisiones y el martirio que sufrieron millones de personas por mor de la doctrina de este sanguinario sujeto, el comunismo no consiguió eliminar ni destronar el cristianismo en la Rusia actual. Ahí sigue la Iglesia Ortodoxa con centenares de templos repartidos por todo el territorio.

El periódico del régimen ,“Izvestia”, publicaba en agosto de 1929, después de exhortar a los ateos comunistas para que luchasen contra las religiones cristiana, ya fuera católica u ortodoxa, contra la musulmana y contra la judía, lo siguiente:

“Más del 60% de los padres que habitan en Moscú, bautizan a sus hijos. Los niños influenciados por la religión llegan al 90%. Tenemos enfrente, a pesar de nuestro progreso, la acción ideológica religiosa, que es uno de los principales obstáculos para la transformación socialista del país y muchos ignoran que la religión y el socialismo son dos cosas incompatibles” ( I )

En la próxima entrega, y siguientes, veremos algo sobre la producción, vocablo este que usan con mucha demagogia y logomaquia los comunistas, producción que terminó arruinando el sistema dejando cuando desapareció 145 millones de pobres.

Continuará.

( I ) .- “El imperio soviético”,  autor Dionisio R. Napal, Editorial Stella Maris, Buenos Aires setiembre de 1932, página 119.




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