Como ya hemos comentado en alguna ocasión, “Claridad” era un periódico socialista de aquella época republicana fundado en 1935. Pertenecía a la rama marxista del PSOE de Largo Caballero, no teniendo nada que ver con “El Socialista”, que era el representante de la rama de Indalecio Prieto.
También había otro periódico importante, “Democracia”, impulsado por Julián Besteiro que, como recordarán, decía aquello de que los españoles caminaban “al desastre, a la ruina”, al ver los proyectos alucinantes de Largo Caballero.
En el citado periódico “Claridad”, de fecha 31 de enero de 1936, se
lee una carta de halago a Largo Caballero procedente de la URSS, firmada por
varios comunistas españoles residentes allí. El elogio que se hace a Largo es
poco menos que ridículo. La carta dice:
“Sabemos, camarada Largo Caballero, que es usted contrario a toda clase
adhesiones de tipo personal. Pero no perdemos de vista que cuando que cuando un
hombre significa, representa una línea política determinada, los que como él
piensan tienen que agruparse en derredor suyo, no por “caudillismo”, sino
porque las normas políticas, cuando son realidades, encarnan siempre en
hombres. Este es el caso de usted y el nuestro. En usted está la
representación más viva y consecuente del movimiento revolucionario
proletario español, dentro de nuestro partido. Usted representa las esencias
más gloriosas de los combates de octubre, que han cambiado el rumbo del proletariado
español, que han levantado una valla infranqueable al fascismo vaticanista y han dado un
ejemplo a los oprimidos del mundo entero, uniendo a los trabajadores de todas
las tendencias. Usted representa la asimilación más certera de las lecciones de
estas jornadas históricas, con su decisión inconmovible de unir en un solo haz
a todos los trabajadores revolucionarios de España desde la central sindical
única a un único partido de clase. Representa usted asimismo la lucha por la
unidad de nuestro partido, la verdadera unidad, no la hipócrita y fingida, la
que nace de la férrea compenetración de todos sus elementos en los problemas
fundamentales y en el cumplimento estricto de los acuerdos que emanen de
una dirección democrática y centralizada, cauce de la voluntad
verdadera de las masas y no del ensamble artificial con núcleos de los que
ideológicamente estamos tan separados como los oprimidos de sus opresores.
Luchar contra la línea política de que es usted exponente, es luchar – aunque
se quiera decir abiertamente – contra la línea de octubre, continuando la
trayectoria lógica de quienes primero la entorpecieron y luego la torpedearon.
Esto es lo que usted representa para nosotros y para los trabajadores
revolucionarios de España. Y nosotros, que sólo le seguimos porque pensamos
como usted, queremos que se ventile, y cuanto antes, la lucha, clara y eficaz,
contra los odiosos reformismo y centrismo. No pueden seguir conviviendo
con nosotros quienes, por naturaleza, son impunistas ( I ). Los que no son
partidarios y sí adversarios del esclarecimiento de hechos y la depuración de
conductas, los que huyen del ajuste riguroso de cuentas y quieren echar sobre
todo lo ocurrido la tapadera piadosa del ‘aquí no ha pasado nada’, como entre
buenos compadres, no tienen nada que hacer en un partido que se precia de
revolucionario, que forja sus armas para la batalla, y deben ir a cumplir su
misión histórica al campo de la burguesía”.
En las próximas entregas continuaremos con la carta de marras.
Nota.- Lo destacado en rojo es nuestro.
( I ).- La palabra
“impunista” no figura en el Diccionario de la RAE.
Como puede verse, demagogia, logomaquia, populismo y demás.
Fuente: “Los documentos de la primavera trágica. Análisis documental de
los antecedentes inmediatos del 18 de julio de 1936”, autor Ricardo de la
Cierva, Editorial Secretaría General Técnica, Madrid 1967, páginas 80 y 81.
¿Figurará
algo de esto en la “memoria democrática” de “Su Sanchidad” y de Sor Yolanda?
Continuará.
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