martes, 5 de septiembre de 2023

El fútbol lo cura todo ( y I I I )


 

Fútbol, capitalismo y Parlamento Europeo

Volvemos otra vez al tema del fútbol. Revolviendo entre nuestros papeles, encontramos una noticia publicada  en su día, que decía que un joven jugador del Sporting de Gijón, Javier Poves Gómez, que a la sazón tenía 24 años, había decidido colgar las botas. Sus manifestaciones fueron contundentes:

"El fútbol profesional es sólo dinero y corrupción. Es capitalismo, y el capitalismo es muerte. No quiero estar en un sistema que se basa en que la gente gana dinero gracias a la muerte de otros". También dijo que “mi yo interior me impide seguir en esto”.

Cuando cobró su primera nómina, se dirigió al club para decirle que no le pagasen sus haberes por transferencia bancaria: “No quiero que se especule con mi dinero ni un segundo. No pienso utilizar un banco".

La verdad es que es una verdadera injusticia lo de este juego llamado fútbol que, como ya hemos dicho varias veces, consiste en que 22 personas corran detrás de un kilogramo de aire encerrado en un cuero, y por tales correrías cobren millones y millones de euros.

Como muestra de tal injusticia, ahí tenemos el ejemplo de los jugadores de la selección española que, por quedar campeones del mundo, cobraron la friolera de 600.000 €  (100 millones de las antiguas pesetas) en poco más de veinte días ¿Se acuerdan?

De lo que han cobrado dichos jugadores, amén de las cantidades astronómicas que cobran en los clubs, no tiene la culpa ni el capitalismo ni el sistema, señor Poves. La tienen los millones y millones de personas de todo el mundo que acuden a los estadios. Podría usted escribir una carta a los citados millones de personas para que dejasen de ir al fútbol y destinasen ese dinero para paliar el hambre y la miseria del mundo. Seguro que se solucionaría el problema.

También podría escribir otra carta a los jeques y sultanes árabes, con fortunas incalculables, mansiones y coches con carrocerías de oro, para paliar la citada miseria y hambre.

Bajando un poco el listón, también podría escribir a determinados políticos y “artiscejos” poseedores también de lujosas mansiones y cochazos.

En el supuesto de que usted escribiese las citadas cartas, no iba a conseguir nada, como es obvio. La gente seguiría yendo al fútbol, que se ha convertido, no en el opio del pueblo, sino en la morfina, como ya hemos dicho varias veces también.

Por tanto, señor Poves, creemos que debería usted seguir jugando al fútbol y destinar sus ganancias, o parte de ellas, a paliar la citada miseria de muchos millones de personas.

De seguir en sus trece de no querer jugar al fútbol, tiene otra alternativa: enrolarse en una de las muchas asociaciones religiosas o laicas que, de forma totalmente desinteresada, se dedican a cuidar enfermos y atenderlos.

Por otra parte, y como ya sabrán también, en su día dos eurodiputados forofos del Barcelona, pertenecientes a los partidos CIU e ICV, y que cobran varios miles de euros al mes a costa de todos los españoles, han presentado ante el Parlamento Europeo quejas y protestas por la agresión del jugador del Madrid, Pepé, contra otro del Barça, Messi ¿Se acuerdan?

Es decir, a dos hinchas de un equipo de fútbol con galones de eurodiputados,  les importa un comino, dos bledos y tres dídimos  la crisis económica,  el deterioro permanente de la convivencia,  el bajísimo nivel educativo,  los millones de parados,  los problema de la Sanidad, etc, etc. Sólo les preocupa, señor Poves, el kilogramo de aire encerrado en un cuero. Escríbales también una carta a estos individuos.

Y para terminar, señor Poves, permítanos darle un consejo: tenga cuidado no caer en la trampa de alguna ideología que le pueda utilizar, sin que usted se dé cuenta, con fines aparentemente justos y dignos, cuando en realidad lo que se persigue son fines ideológicos.

Nota.- La foto es un estadio de fútbol en China. También, señor Poves, podía escribir una carta a los aficionados comunistas chinos.



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