Como ya saben, el uso del gallego, euskera y catalán
ya es oficial en el Congreso, después de haber sido aprobado en presencia del
presidente del Gobierno en funciones, mejor dicho, residente en funciones, con
180 votos a favor. Con esto, en el Congreso los diputados podrán hablar en estas
tres lenguas, con lo que se requerirá varios traductores, que tendrán que ser
políglotas, para traducir al euskera, al gallego y al español, lo dicho por un
catalán, por ejemplo.
Pero hay una cosa curiosísima: se permitirá hablar en
asturiano a los diputados que lo requieran, pero la traducción tendrá que ser
hecha por ellos mismos, no por los traductores, con lo que obliga a estos
diputados a ser también traductores, oiga, y aún más políglotas porque, como ya
sabrán, hay seis clases de bable asturiano. Si por ejemplo un diputado
asturiano habla de “orbayu”, tendrá que saber que en euskera se dice “sirimiri”
o “chirimiri”, que es una llovizna suave, como también tendrá que saber cómo se
dice en catalán.
No digamos ya si el tal diputado asturiano le diese
por recitar una poesía, como la que adjuntamos continuación, que aparece en la
página 40 del libro intitulado “El Caballu”, Edición Saltadera, 2016, 80
páginas, escrito por Francisco Bernaldo de Quirós y Benavides, padre del
bisabuelo del abuelo del que estas líneas escribe. Este libro fue escrito a
comienzos del siglo X V I I I. Hay quien sostiene que esta obra, un romance de
330 versos, fue la primera obra que se publicó en el dialecto asturiano.
Este romance cuenta la carta que el autor escribió a
un pariente suyo, con el objeto de venderle un caballo para que lo exhibiese en
los acontecimientos reales, llevando el pendón de la ciudad de Oviedo. Como si
fuese un verdadero tratante, ensalza las características y cualidades del
animal. El estilo de esta obra es irónico, viéndose muchas frases con doble
sentido. La poesía dice así:
“Nin
campera que non salle,
nin
portiella que non blinque,
trabancu
que non algame,
sucu
que non apechugue,
fondigón
que non reblague.
Si
les ixargues i aguíen
parez
que devana el aire
en
un veloz frenetible”
Por tanto, señores traductores, lo primero que tienen
ustedes que hacer es traducirlo a las seis clases de bable que hay en Asturias,
y después a los idiomas “congresistas”.
Nota.- Como pueden ver, la palabra “non” aparece
varias veces. En algunos sitios astures se dice “nun”.
¡Ah!, una cosa: si un diputado cuando habla dispone,
por ejemplo, de 15 minutos, ¿de cuánto tiempo dispondrán estos “traductores”
asturianos para traducir su discurso a las seis clases de asturiano, amén de
hacerlo en español, gallego, catalán y vasco? ¿Se prolongará la sesión “congresística”
horas y horas? ¡Vaya usted a saber! ¡Menudo jaleo se avecina!
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