Parece que al
debate sobre la laicidad no se le encuentran respuestas convincentes. Estas
respuestas vienen mareadas y hábilmente manoseadas por la globalización, la “alianza
de civilizaciones” (que mejor se llamaría de civilizados), el
“multiculturalismo identitario” y otras “verdades” planteadas por los medios
totalitarios de ya sabemos quién.
El asunto es muy fácil de resolver: separación entre Iglesia y Estado respetándose mutuamente y sin inmiscuirse. Pero, claro, este respeto no existe. Ahí está la "Educación para la ciudadanía" y los ataques constantes a la COPE, a Jiménez Losantos, a César Vidal, a la Conferencia Episcopal y a la religión cristiana. De otras religiones ni se acuerdan . . . mejor dicho, sí se acuerdan. La "memoria histórica" sobre la horca, la lapidación y el fusilamiento, no la pierden.
Hoy en pleno siglo XXI todavía hay algún que otro “demócrata”, que dice
pertenecer a un foro marxista, que sigue pidiendo “cloro al clero”, al cristiano, claro. Ya saben: la
horca, la lapidación y el fusilamiento . . .
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