No nos estamos refiriendo a
la novela de José Luis Martín Vigil, no. Nos estamos refiriendo a las
prebendas, momios, bicocas y sinecuras de la casta política que, dada la
situación límite en la que se encuentra España, son un auténtico insulto para
los españoles.
Como ya sabrán, los
recortes, subidas de impuestos, supresión de prestaciones y demás, ya están a
la vuelta de la esquina. Pero a ellos, a
los de la casta política, no les va a afectar en nada tales medidas porque seguirán
con los mismos salarios y demás.
Y en ese “demás”, cabe todo
lo habido y por haber: desde iPhones, iPad, PC
fijos y portátiles, ADSL gratis en sus domicilios, hasta suntuosos
chalets, viviendas, etc, etc. Según la “categoría” del “castoso” costoso, podrá
tener hasta un despacho propio y coche oficial. Si usa el auto propio, le pagan
kilometraje. Y si no tiene coche
oficial, el pobrecito tiene una asignación de varios miles de euros anuales para taxis.
Y cuando por necesidades del
“servicio” no puede viajar en automóvil, y tiene que hacerlo en barco, tren o
avión, lo hará en primera categoría. Eso de mezclarse con la chusma y con el
pueblo soberano, no se lleva, oiga.
¿Y el sueldo? Aquí sí que huele a podrido: miles euros al
mes, con sus correspondientes pagas extras. Si además el “castoso” es
“portavoz”, secretario, o lo que sea correcto para el partido, tiene otro
“pellizquín” de otros miles de euros al mes.
En cuanto al tema fiscal y tributario, el olor es nauseabundo.
En fin, como se puede ver, el asunto es poco menos que
insultante para los millones de parados, para los de la pensión mínima y para
los del subsidio.
Y lo más curiosos es que andan por ahí sacando pecho, dando conferencias y
luciendo tronío como los toreros.
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