martes, 27 de agosto de 2024

Las dos Repúblicas. ( L V )


 

¿No hay que “recuperar la memoria histórica” “zapateril” y la “democrática” de Su Sanchidad? Pues vayamos a ello.

Como decíamos en la anterior entrega, en ésta veremos algo sobre el desorden, la indisciplina y las piquillas que había entre los milicianos rojos.

 El historiador británico Burnett Bolloten (1909-1987), especialista en el tema de la Guerra Civil Española, nos dice en la página 255 de su obra “El gran engaño. Las izquierdas y su lucha por el poder en la zona republicanas”, Editorial Luis de Caralt, lo siguiente:

 “Los mayores problemas con que tuvo que enfrentarse Largo Caballero fueron, indiscutiblemente, los defectos del sistema orgánico de las milicias; a pesar de la proclama de Claridad, de que la eficiencia de las milicias no podía ser mayor, estos defectos constituían indudablemente las principales razones del rápido avance del general Franco por el valle del Tajo (más de 450 kilómetros en 20 días) hasta la capital española. Ciertamente no era por falta de combatividad, puesto que en las luchas callejeras o en las pequeñas batallas contra un enemigo localizado, los milicianos mostraron gran coraje; era más bien por falta de adiestramiento y disciplina . . .

 En el frente de Aragón, por ejemplo, según Jesús Pérez Salas, oficial profesional y republicano leal que mandaba la columna Macíá-Companys en los primeros meses de la guerra, era imposible llevar a cabo una operación combinada que comprendiera las diferentes unidades. “Siempre que el Estado Mayor decidía una operación de esta clase . . . se veía obligado a llamar a los mandos milicianos a sus cuarteles y explicarles a todos el objetivo fundamental de la operación y el papel que cada columna  iba a desempeñar. Consecuentemente, se iniciaba un debate, durante el cual los mandos milicianos expresaban su acuerdo o desacuerdo, a menudo forzando con su veto el cambio del plan original.

 Esto era debido a que las órdenes, aún dentro de un mismo sector, no se cumplían con precisión y a que siendo fuerzas de ideología muy distinta las coincidentes en el frente, cada uno miraba el fracaso del vecino con cierto grado de satisfacción. La CNT, que formaba la médula de las fuerzas, deseaba con todo su corazón la derrota de sus enemigos políticos del POUM y el PSUC. Estos, a su vez, abominaban de los hombres de la CNT”

 En la próxima entrega veremos cómo se las gastaban los jefes de los milicianos rojos con los homosexuales.

 Continuará.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Archivo del blog