Hemos escrito varias veces en
este blog sobre la mentira, que circula con toda impunidad dentro de los “muros
de la Patria mía”. Vamos a dedicar unas líneas a la mentira estatalizada que,
organizada y sistemáticamente, se divulga para que “el pueblo soberano tome
conciencia”.
Dicha mentira, lanzada a los
cuatro vientos por los “mass-media” más ad hoc al sistema, es propia de regímenes
totalitarios, por mucho que nos digan que estamos en una democracia. Si así
fuese, no habría censura, entendiendo por tal
las técnicas que se emplean para distorsionar e inventar la realidad
para presentarla de acuerdo con lo que quiere el poder que, una vez alcanzado,
tiene como primer objetivo el control y dominio de los citados “mass-media”
para emponzoñar las fuentes de información que le puedan ser adversas.
Simón Bolívar decía hace más de doscientos
años, concretamente en 1817, que “la
primer de todas las fuerzas es la opinión pública”. Modestamente esto nos
parece una tontería, porque si dicha opinión pública tiene informaciones
erróneas, falsas, irreales o distorsionadas, ya nos dirán ustedes las
consecuencias catastróficas que esto puede traer.
Pero supongamos que efectivamente
esa opinión pública esté realmente bien informada. Entonces a los medios del
Estado no les interesará esto, y se verán obligados a actuar y mentir. Y aquí es donde está el quid del
asunto: la primera de todas las fuerzas ya no será la opinión pública, sino
que, como dice Jean-François Revel en su obra “El conocimiento inútil”, Editorial Planeta, 2007, página 23, “la primera de todas las fuerzas que dirigen
el mundo es la mentira”. Este libro lo hemos comentado en este blog con
fechas 23, 25 y 29 de enero de 2.017.
Como recordarán, en la época de
Gorbachov se hablaba mucho de la “glasnost”. Pues bien, hasta en la traducción
de esta palabra se mintió, ya que nos decían que significaba “transparencia”, e
incluso “apertura”. La traducción exacta sería “publicación” o “divulgación”,
es decir, en aquella época lo que se pretendía era sacar a la luz lo que era de
dominio público y que estaba prohibido por el partido: la corrupción, el
alcoholismo, la escasez y mala calidad de los alimentos y un largo etc. (Sobre
este tema de la “glasnost” recomendamos leer los libros “La sonrisa de la perestroika”, autor Mateo Madridejos, Editorial
Plaza&Janes Editores, S.A., 1988, libro comentado en este blog con fecha 19
de mayo de 2.020, y “Gorbachov, Mijail”,
autor Christian Schmidt-Häuser, Editorial Gedisa, 1988, también comentado en
este blog con fecha 2 de junio de 2.020.
Autores como el citado
Jean-François Revel, George Orwell, Solzhenitsin y un largo etc, han denunciado
que la mentira es uno de los pilares de los regímenes totalitarios,
especialmente del comunista, que sucumbió, entre otras cosas, precisamente por
mentir. Es decir, los regímenes totalitarios desaparecen cuando son invadidos
por la verdad. Lo mismo les puede suceder a las democracias cuando son
invadidas por la mentira.
Y terminamos con unas frases
pronunciadas por Lenin, José Díaz, secretario en su día del PCE y por el ex
comunista Carlos Semprún Maura.
Decía Lenin:
“La mentira puede ser
una buena arma revolucionaria”.
José Díaz: “Para que una mentira sea útil, debe parecer verdad”.
Carlos Semprún: “Quienes han convertido la mentira en dogma, quienes prácticamente
siempre han hecho lo contrario de lo que han dicho, fueron los comunistas”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario