Así se intitula el libro del genial Albert Einstein, Ediciones Brontes S.L. 2011, 158 páginas,
incluida “FONTANA. Títulos de la colección”, que es una
antología de su pensamiento como científico y humanista.
La verdad es que el libro no tiene desperdicio.
Einstein, el personaje más importante del siglo X X, a nuestro modesto parecer junto a Alexander Fleming, era una
extraordinaria persona ya que, además de poseer una gran inteligencia, era
afable, bondadoso, simpático y un pacifista verdadero, no como los de ahora.
Como ya saben, Einstein no era ateo, a pesar de que
mucha gente así lo cree. Como muestra de esto, se lee en la página 11:
“¿Cuál
es el sentido de nuestra existencia, cuál significado de la existencia de todos
los seres vivos en general? Saber conocer semejante pregunta significa tener
sentimientos religiosos. Tal vez digáis: ¿pero es que tiene sentido formular
tales preguntas? Yo os respondería: quienquiera que crea que su propia vida y
la de sus semejantes está privada de significado, no sólo es infeliz, sino
apenas capaz de vivir”.
Sobre la educación, transcribimos lo que se lee en el
apartado intitulado “Educación para una
independencia en el pensar”, página 27. De esto deberían tomar nota toda
esta basura política que tenemos en estos momentos en España:
“No
es bastante enseñar a los hombres una especialidad. Con ello se convierten en
algo así como máquinas pensantes, pero en individuos válidos. Para ser un
individuo válido el ser humano debe sentir con pasión aquello a lo que puede
aspirar. Tiene que ser receptor de un conocimiento vivo de lo bello y de lo
moralmente bueno. En caso contrario se parece más a un perro adiestrado que a
un ser armónico desarrollado”.
Sobre este tema de la educación, en la página
siguiente, dentro del apartado “Historia
y de la filosofía”, se lee:
“Para
que se desarrolle una educación válida es necesario que se ejerza el
pensamiento crítico e independiente de los jóvenes, un perfeccionamiento puesto
en peligro continuo por el exceso de materias (sistema puntual). Este exceso
conduce necesariamente a la superficialidad y a la falta de cultura verdadera”.
En el apartado
“Los cursos de la Academia de Davos”, página 30, nos dice Einstein:
“Senatores boni viri, senatus autem
bestia” ( I )
“Las
sociedades poseen sentido de responsabilidad y menos conciencia que el
individuo ¡Cuántos sufrimientos, guerras y opresiones trae consigo esto a la
humanidad, y de cuanto espanto llena la tierra!”
Como siempre decimos, recomendamos leer este libro.
( I ).- La traducción de esta
frase latina es “Los
senadores son buena gente; el Senado es una mala bestia”.
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