viernes, 30 de agosto de 2024

“El mundo como yo lo veo”


 

Así se intitula el libro del genial Albert Einstein, Ediciones Brontes S.L. 2011, 158 páginas, incluida “FONTANA. Títulos de la colección”, que es una antología de su pensamiento como científico y humanista.

La verdad es que el libro no tiene desperdicio. Einstein, el personaje más importante del siglo X X, a nuestro modesto parecer junto a Alexander Fleming, era una extraordinaria persona ya que, además de poseer una gran inteligencia, era afable, bondadoso, simpático y un pacifista verdadero, no como los de ahora.

Como ya saben, Einstein no era ateo, a pesar de que mucha gente así lo cree. Como muestra de esto, se lee en la página 11:

“¿Cuál es el sentido de nuestra existencia, cuál significado de la existencia de todos los seres vivos en general? Saber conocer semejante pregunta significa tener sentimientos religiosos. Tal vez digáis: ¿pero es que tiene sentido formular tales preguntas? Yo os respondería: quienquiera que crea que su propia vida y la de sus semejantes está privada de significado, no sólo es infeliz, sino apenas capaz de vivir”.

Sobre la educación, transcribimos lo que se lee en el apartado intitulado “Educación para una independencia en el pensar”, página 27. De esto deberían tomar nota toda esta basura política que tenemos en estos momentos en España:

“No es bastante enseñar a los hombres una especialidad. Con ello se convierten en algo así como máquinas pensantes, pero en individuos válidos. Para ser un individuo válido el ser humano debe sentir con pasión aquello a lo que puede aspirar. Tiene que ser receptor de un conocimiento vivo de lo bello y de lo moralmente bueno. En caso contrario se parece más a un perro adiestrado que a un ser armónico desarrollado”.

Sobre este tema de la educación, en la página siguiente, dentro del apartado “Historia y de la filosofía”, se lee:

“Para que se desarrolle una educación válida es necesario que se ejerza el pensamiento crítico e independiente de los jóvenes, un perfeccionamiento puesto en peligro continuo por el exceso de materias (sistema puntual). Este exceso conduce necesariamente a la superficialidad y a la falta de cultura verdadera”.

En el apartado “Los cursos de la Academia de Davos”, página 30, nos dice Einstein:

“Senatores boni viri, senatus autem bestia” ( I )

“Las sociedades poseen sentido de responsabilidad y menos conciencia que el individuo ¡Cuántos sufrimientos, guerras y opresiones trae consigo esto a la humanidad, y de cuanto espanto llena la tierra!”

Como siempre decimos, recomendamos leer este libro.

( I ).- La traducción de esta frase latina es  “Los senadores son buena gente; el Senado es una mala bestia”. 



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