Los lectores que ya peinen canas, seguro que se
acuerdan de la película alemana de 1930 intitulada “El trío de la bencina” en
la que, entre otras cosas, tres protagonistas terminan enamorándose de la misma
mujer.
Dicho esto, tal parece que hoy estamos ante otro trío
formado por Maduro, Zapatero y Pedro Sánchez, que está enamorados de los
sistemas totalitarios y dictatoriales. Y como el tema de las elecciones
venezolanas está en el “candelabro”, volvemos al asunto.
Como ya saben, el inepto Zapatero, se ha convertido en
un colaborador del inmaduro Maduro. Es repulsivo, repelente y desagradable que
un sujeto, que por desgracia fue presidente de España, se haya convertido en un
consejero y monitor de dicho inmaduro, dictador brutal, monstruoso y perverso.
Lo más “didimudo” del asunto es que este inepto haya ido a Venezuela como
“observador internacional”. La cosa no se sabe si es para reír o para llorar.
Como ya saben también, medio mundo ha denunciado el
pucherazo del citado inmaduro, incluso países gobernados por la izquierda, como
Chile, Méjico, Brasil o Colombia.
Las naciones verdaderamente democráticas, exigieron al
tal inmaduro que reconociese las actas que demostraban que la verdadera
victoria electoral, correspondía a la oposición encabezada por Edmundo González
Urrutia.
En fin, el silencio atronador, valga el oxímoron, de este trío sobre tal pucherazo, es de auténtico asco. Con hablar del “fango”, de los “bulos” y del
“vínculo luminoso”, ya está todo solucionado.
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