Seguimos comentando este libro
para que Su Sanchidad vea el “fango” y los “bulos” de su “vínculo luminoso”.
En la página 4
se lee:
“GESTACIÓN SUBVERSIVA
El día 23 de julio de 1935 se celebró en Moscú el VII Congreso Internacional Comunista, cuyo secretario general era Dimitrov, el búlgaro acogido paternalmente por la U. R. S. S. a raíz del
proceso por el incendio del Reichstag, del que había sido acusado, aunque no se le pudieron probar los hechos.
El
Congreso reconoció que urgía al comunismo la bolchevización europea, para oponerla al progreso de los sistemas totalitarios, triunfantes en el
centro de Europa, y se convino en adoptar medidas
sagaces encaminadas a esta finalidad.
En este
Congreso, y en ninguno de los seis puntos que constaba su orden del día, se trató ni hubo alusiones a las juventudes. No obstante, Dimitrov les dedicó, en el capítulo II de su informe («El frente único de la
clase obrera contra el fascismo»), un apartado —el número 8—
titulado «El frente único y las juventudes», dando instrucciones para la infiltración de éstas en otros partidos y organizaciones. Ercoli, en su informe («La preparación de la guerra mundial por los imperialistas y las tareas de la Internacional comunista»), trató de la incorporación
juvenil al movimiento comunista.
Puede
decirse que en este Congreso nace un «movimiento», que es el Frente
Popular. En él, los marxistas no se reservaron la dirección, sino que por su estrategia —caso español— supieron de sus «compañeros de
viaje».
En todas
partes se procedería a la eliminación de aquellos elementos que constituyeran una rémora para la revolución proletaria, y, por último, se hizo cuestión primordial que de la labor realizada en cada país se tendría al tanto al Presidium del Comité Supremo, para que éste determinase el momento de producir la insurrección armada de las masas, según el
plan de Bujarín, y el asalto al Poder.
Todos los asistentes al Congreso mostraron especial interés por los asuntos de España, donde ya se habían
invertido buen número de millones
de rublos, y urgía desarrollar en este
país, preferentemente, los planes trazados.
Sobre España informó Ventura,
delegado del Congreso, por el
Partido Comunista. En él
estuvieron presentes José Díaz y la Ibarruri,
aquél bien ajeno a que pasados unos años
habría de poner punto final a sus errores
y desengaños políticos arrojándose desde la
alta ventana de un hotel de Moscú.
Oídos estos informes, después de detenido estudio y
amplia discusión, se dieron consignas
especiales a los comunistas españoles, que José
Díaz se encargaría de transmitir, y
quedaron nombrados los encargados de velar
por la iniciación y buena marcha de la
revolución proletaria en España. Fueron éstos
Losowsky, Primakoff y Bela Kum, quienes
deberían estar siempre al habla con José Díaz y demás dirigentes del país «protegido».
Las juventudes comunistas y las socialistas no se unieron por las orientaciones de
Moscú después del VII Congreso; fue en julio de 1934 cuando celebraron la primera reunión conjunta las directivas de ambas y discutieron las bases de la fusión, interrumpiéndose las negociaciones por los sucesos de octubre. Todo se hacía conforme a las consignas del VI Congreso de la Konsomol
(Internacional Juvenil Comunista). En
marzo de 1936 acudieron a Moscú delegados de ambas
juventudes y con Manuilski y Dimitrov
establecieron los fundamentos del «Pacto», que dio lugar a la fundación, en abril de 1936, de la J. S. U.”
Continuará.
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