Como decimos siempre, nos gusta “recuperar la memoria
histórica”, ahora la “democrática”, pero la reciente. Vamos a ello, oiga.
María Teresa Fernández de la Vega Sanz, durante su
etapa como vicepresidenta del gobierno del Bobo Solemne entre los años 2004 y
2010, presentó en su día en Madrid la Fundación
Mujeres por África. Uno de los
objetivos de esta organización era el de “los
derechos humanos, la paz, la justicia y la dignidad de las personas, y de
manera muy especial de las mujeres y niñas del continente africano”.
Hasta aquí todo
correcto. Sin embargo, nosotros pensamos que mejor que Fundación Mujeres por
África, debería llamarse Fundación mujeres por el
Islam, ya que no en toda
África se pisotea y margina a la mujer, cosa que ocurre en cualquier territorio
islámico, sea en África, en Asia o en Europa. Pero, claro, lo de siempre: no se
atreven.
Por otra parte, habrán visto en su día el cambio de
imagen de la ex “De la Vogue”, cambio que le habrá costado una buena cantidad
de dinero. Pregunta: ¿cómo es que esta mujer tan solidaria y comprometida con
la pobreza y demás, no se le ha ocurrido donar ese dinero a las pobres mujeres
de África? Otra pregunta: ¿qué hubiese sucedido si a una de las miles y miles
de monjas que hay por el mundo atendiendo y cuidando a desfavorecidos, sin
cobrar absolutamente nada, se le hubiese ocurrido hacer este cambio de imagen?
La respuesta es bien sencilla: todas estas “sujetas”, “sujetes”, “miembras” y
“miembres”, se hubiesen lanzado contra ella como pirañas.
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