Ya hemos dicho varias
veces que nos apuntaríamos inmediatamente a la verdadera República, es decir, a
la del orden, a la del respeto y a la de las libertades, como la que querían
Ortega y Gasset, Marañón, Unamuno, etc, etc.
Como ya saben, a los
cinco meses de ploclamarse la República, concretamente en setiembre de 1.931,
Ortega y Gasset dijo aquello de “No es eso, no es eso. La República es
una cosa. El radicalismo es otra”.
Ni qué decir tiene que
estas palabras pronunciadas hace casi un siglo, 93 años exactamente, concuerdan
perfectamente con este tipo de “democracia” que nos ha dejado el gobierno
de Zapatero, y el actual de Su Sanchidad.
A Zapatero le debió de
pasar lo mismo que al Segismundo de “La vida es sueño”, de Calderón
de la Barca, pero con una salvedad: mientras que el personaje calderoniano
pensaba que su destino era el ser un gobernante dictador, totalitario, injusto,
inepto, etc, decidió encerrarse en una torre en un solitario monte, para evitar
tal situación, el “Zetaparo” este no lo hizo, sino que anduvo ocho años sacando
pecho.
¡Cuánto bien hubiese
hecho a España este “Zetaparo” si se hubiese encerrado como Segismundo! ¡Y
pensar que este tiparraco anda por ahí aún dando "consejos", además
de alternar con gente “inmadura”!
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