La corrupción campa por sus respetos dentro de los “muros
de la Patria mía”. Constantemente se van destapando y saliendo a la luz nuevos
casos.
Todo ello es el resultado de la total carencia de
valores éticos y morales, eliminados por
la banda socialista durante estos últimos años. Y ya no es sólo la corrupción a
nivel de politiquillos de tres al cuarto, no: el asunto es rampante y ya
salpica a ministrillos y responsables de ciertos reinos Taifas de esta
descuartizada España, como ya saben, amén de a otros “personajes” de más alta
alcurnia política.
Los casos más flagrantes son los del “Hurtangarín”
ese, el caso Bárcenas, Pallerols, Palau de la Música, ERES de Andalucía, caso
Marea, y otros que están en estos momentos en el “candelabro”.
Lo “didimudo”
del caso es que la clase o casta política, para Juan Español, es el tercer
problema, tras el paro y la terrible situación económica ¿Qué hace el “pueblo
soberano” para acabar con esto? ¿O es que
dicho pueblo es más tolerante, o quizá más ignorante, para no ver hasta
dónde puede llegar la Justicia, o lo que queda de ella, ante los mencionados
casos de corrupción? ¿No se da cuenta, asimismo, este “pueblo soberano” que
esta corrupción puede socavar los cimientos del Estado, amén de la unidad de la
Patria? ¿O es que quizá sólo se conforma con el partido de fútbol del día y los
chismorreos de la telebasura y sus “famosos”? ¿Por qué no sale a manifestarse
en la calle contra esta corrupción, con el mismo ímpetu que sale a celebrar la
victoria de 11 personas contra otras 11, que van corriendo detrás de un
kilogramo de aire encerrado en un cuero?
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