Se está perdiendo el tiempo en
discusiones, más bien reyertas y broncas baldías, amén de perderlo también en
debates, más bien altercados parlamentarios opuestos, diferentes y desfasados
de la realidad, de la situación y contexto verdaderos, por mucho que digan y
hablen de “reformas”. Lo triste y real es que España, con este hatajo de
indocumentados que tenemos en la poltrona “Monklovita”, va de mal en peor. Ahí
tenemos el coste de la vida disparado; subida de precios por las nubes;
inflación también por las nubes; crecimiento del paro, amén de las
reclamaciones y demandas salariales ¿Y qué decir del IPC?
Ante
este panorama, ¿habrá alguna persona valiente, intrépida, temeraria y osada que
se le ocurra crear una empresa, o hacer algún tipo de inversión? Sinceramente
creemos que no, ya que, entre otras cosas, eso que llaman “legalidad laboral”
tiene mucho de demagogia y de adversidad, como lo demuestra el constante
aumento del coste de la seguridad social, además de una fiscalidad sin lógica y
sin sentido, que solamente está pendiente de cobros y recaudaciones.
También están los monopolios políticos,
amén de una política económica confusa, incoherente y contradictoria ¿Y qué
decir de los 17 reinos taifas que tenemos, que todo lo ensombrecen y obscurecen,
con sus enchufismos repugnantes de gente con una ineptitud e incapacidad propia
de bausanes, cenutrios, fementidos, tarúpidos, etc? ¿A dónde iremos a parar?
¿Quién, o quiénes, arreglarán todo este maremágnum?
Aparte de todo esto, ahí están también los
personalismos de gente entre bambalinas y bastidores (¿serán los “comités de
expertos”, oiga?), amén de los protagonismos viejos y caducos, con sus raras y
extrañas amalgamas de proposiciones, que demuestran que este desgobierno no
tiene las ideas claras, ya que está en manos de corrientes políticas decimonónicas
y trasnochadas que, en vez de dedicarse a promocionar, auspiciar, favorecer,
colaborar y contribuir a la reconciliación nacional, hacen precisamente todo lo
contrario, maniobrando y presionado todo lo habido y por haber.
Necesitamos rápidamente personas
desinteresadas políticamente y con suficiente capacidad y austeridad para
deshacer todo este embrollo, enredo y maraña que hay montado. Dicho claramente:
España necesita limpiar, desempolvar y barrer toda esta troupe, con el objeto
de no permitir que unos pocos tomen decisiones importantísimas para todos.
En fin, mientras el “pueblo soberano” no
se dé cuenta y de esto y se crea a pies juntillas lo que dice el “Ente” ( I ), y siga yendo al “furbo”, amén de ver programas de “famosos” enseñando tetas y
tabalarios, amén también de creer en los cuentos de hadas y cantos de sirenas
de este desgobierno, no habrá nada que hacer.
( I ).-
Ya saben que el sofisma “ad verecundiam” se usa mucho en estos tiempos, aunque
el “pueblo soberano” ni se entera. Quiere decir, en román paladino, “lo dijo
Blas, punto redondo”, o lo dijo el “Ente” y hay que creerlo. Ya saben que para
muchos votantes de lo “políticamente correcto”, el “Ente” es el último
dictamen, aunque haya gente que dice que Sócrates, “Plutón” y Aristóteles
fueron unos artistas.
Continuará.
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