Esto es en realidad lo de la “memoria histórica” del
Bobo Solemne, y la “memoria democrática” de Su Sanchidad. Vamos a dedicar unas
entregas a este asunto.
El tema del embrollo, de la confusión, del enredo, de
la tergiversación, etc, de la Historia desde el punto de vista de los
nacionalismos, ha surgido desde hace relativamente poco tiempo. Esto ha
generado problemas, debidos, entre otras cosas, a los desafueros, iniquidades, injusticias,
parcialidades, etc, etc, de dichos nacionalismos, ya que su suporte es la
invención de la Historia con el objeto de edificar y erigir una visión
maravillosa extraordinaria del asunto.
Como ya sabrán, Josep Benet Morell, nacionalista
catalán, dijo en su día aquello de “genocidio cultural”, lo mismo que Pujol
escribió “refinadas muestras de violencia física, psicológica y legal”. No
comentamos nada sobre estas dos boutades porque se comentan por sí solas.
Debido a la ignorancia del “pueblo soberano”, han
aparecido los “historieteros” para glorificar y elevar a los altares los
nacionalismos. Dichos “historieteros” se basan en temas y asuntos preconcebidos
basados, no en verdaderos hechos históricos, sino en argumentos inventados y
sacados de la manga.
Como ya saben, usar el vocablo “Patria” en estos
tiempos es poco menos que demencial. Sin embargo, los “historieteros” catalanes
comentan que catalanes del pasado había tenido posiciones “poco patrióticas”,
ya que la historia tiene que ser como la que ellos quieren.
El escritor y periodista palentino César Alonso de los
Ríos, en su obra “Si España cae . . . Asalto nacionalista al Estado”,
Editorial Espasa Calpe, Madrid 1994, 200 páginas, nos dice:
“Los nacionalismos periféricos se niegan a reconocerse
en el pasado común. . . El fervor con el que los nacionalismos intentan
construirse una identidad lleva al abuso y a la perversión de la Historia. Si
el falangismo y el tradicionalismo se inventaron una España, los nacionalistas
llegan hasta el punto de rendirse ante sus propias leyendas”.
Lo que tratan dichos “hirtorieteros” es de rehabilitar
y renovar mitos, presentándolos como un renovado “espíritu patriótico” con el
objeto de demostrar la gran personalidad histórica “nacional” desde illo
tempore.
Continuará.
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