lunes, 10 de junio de 2024

Las dos Repúblicas ( X X X V I I I ).


 

¿No hay que “recuperar la memoria histórica” “zapateril” y la “democrática” de Su Sanchidad? Pues vayamos a ello.

Hoy vamos a comentar algo, poco conocido por cierto,  sobre una persona que alcanzó gran popularidad durante la II República Española: Margarita Xirgu.

Nació esta mujer en Cataluña en 1888 y murió en Uruguay en 1969. Fue una actriz de teatro que interpretó obras preferentemente de García Lorca y de Alberti. En 1914 se trasladó a Madrid y allí alcanzó su máxima popularidad. En 1930 interpreta “La zapatera prodigiosa”, de G. Lorca. Aquí tiene lugar un hecho importantísimo para su carrera: la incorporación a la compañía como director de Cipriano Rivas Cherif, cuñado de Manuel Azaña.

Un año después, interpreta “La corona”, del citado Manuel Azaña, en el teatro Goya barcelonés, siendo condecorada al año siguiente con la orden de Isabel la Católica por el mismísimo Azaña, condecoración absurda e incoherente por parte de un republicano de izquierdas recordando a una reina y además católica.

En la obra “Los catalanes en la guerra de España”, autor José María Fontana, Ediciones Samarán, Madrid, Abril 1951, 379 páginas incluido Índice, se lee en la página 14 correspondiente al Capítulo I, “Obertura”, lo siguiente:

“Margarita Xirgu, artista de gran temperamento dramático, que gozó de la máxima popularidad en España y que desde hace unos años deshoja en Buenos Aires la flor correspondiente a su nombre de pila, sin decidirse a retornar a su Patria, fue una de las debilidades – artísticas, desde luego – de Manuel Azaña, que no sólo la complicó en el estreno de su obra – su mala obra – ‘La Corona’, montada por su cuñado Cipriano Rivas Cherif, director artístico de la compañía de Margarita en el teatro Español, sino que la asoció implícitamente a su política de Izquierda Republicana, haciendo de la gran actriz una incondicional de sus tendencias lideristas. Todo esto está lejos y olvidado”.

¿Figurará esto en la “memoria democrática” de “Su Sanchidad” y de Sor Yolanda? ¿Es este el “vínculo luminoso”?

Continuará.



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