Siempre ha habido
exhibiciones. Unas, para ver la capacidad intelectual, física, o la destreza en
algo concreto, y otras que las hacen las personas sin venir a cuento con el
único objetivo de impresionar, de forma pedante y soberbia, con sus
explicaciones, “razonamientos”, “pensamientos”, “análisis”, etc.
En estos tiempos parece que hay otro tipo de exhibición, y es el que se hace de la vida personal de alguien contándola por motivos diversos, que pueden ir desde los políticos, sociales, laborales, hasta por cualquier nimiedad. Pero en realidad en el fondo lo que priva es el cobro de una cantidad de dinero, que suele ser bastante grande.
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