Suponemos que muchos de ustedes habrán leído “El
Quijote”, una de las mejores obras de la literatura universal. Si es así,
recordarán lo de “La razón de
la sinrazón, que a mi razón se hace, de
tal manera mi razón enflaquece, que con razón me quejo de la vuestra fermosura…”. Esta frase, y otras, pasaban por la cabeza de D. Quijote,
frases a las que les daba vueltas y vueltas, y terminando con la pérdida de la
cordura el pobre D. Quijote.
Dicho esto, ¿no habrá
perdido también la cordura Su Sanchidad? Decimos esto por lo siguiente:
a).- Un sujeto vanidoso,
petulante, altanero, fatuo, embustero,
mendaz, patrañero, falsario, sin recatos, sin respetos, sin miramientos, sin escrúpulos,
que le importa un bledo, dos cominos y tres dídimos la ruptura de España.
b).- Un sujeto que
emplea todo tipo de insultos, cayendo en un “fango” sin precedentes.
c).- Un sujeto traidor
de todos los españoles por mor de la amnistía que acabará, entre otras cosas,
con la división de poderes y con la independencia judicial, amén del Estado de
derecho.
d).- Un sujeto con una
corrupción nunca vista
e).- Un sujeto que no
tiene moralidad, ni ética, ni deontología, que es un irresponsable, amén de ser
un ignorante.
En fin, podíamos poner
más cosas, aunque él diga que siempre tiene razón viendo gigantes donde hay
molinos. Ya nos entienden. La razón de la sinrazón de este sujeto nos está
llevando al caos.
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