viernes, 7 de junio de 2024

Politiqueros, no políticos ( I )


 

Según el Diccionario de los “inmortales” de la RAE, politiquear es “Tratar de política con superficialidad y ligereza”, y “Hacer política de intrigas y bajezas”. Dicho esto, y viendo lo que está sucediendo en esta destartalada España desde hace varios años, hablar de política es perder el tiempo, ya que dicha política está conducida por politiqueros de tres al cuarto.

Como ya saben, aunque los de la internacional de la mentira, del odio y del terror no lo digan y lo nieguen, el asunto político circula alrededor de dos extremos: sistema y oposición. Sobre esto se habla, se comenta y se escribe en todos los “mass-media”, la necesidad de llegar a acuerdos y pactos entre los que tienen el “sistema”, es decir, el poder en la mano, y la oposición. Para llegar a esto se designan “interlocutores válidos” . . . pero, ¿quién los escoge? Pues los mismos politiqueros, ya que dichos “interlocutores válidos” tiene que seguir al manual del agit-prop y lo que figura en el panel ideológico, amén de que la “kurtura” les importa un bledo, dos cominos y tres dídimos. Lo que sí les importa son las cortinas de humo y cuentos de hadas.

Si lo que se pretende es el mejorar las condiciones políticas, sociales y económicas del “pueblo soberano”, tanto los que tienen la sartén por el mango, como los de la oposición, tienen dejarse de argucias, apariencias, falsedades, falacias, embustes, subterfugios, escapatorias, alegatos, etc, etc, y mirarse a la cara, dejando de ser líderes, amén de respetar a los demás, sea cual fuere su ideal político.

También estos politiqueros tienen que dejar de un lado sus gestos, sus señas, sus frases despectivas, sus tics, etc. En vez de vapulear, censurar, atacar, embestir y arremeter contra ciertas nuevas corrientes políticas, y contra otras, lo que tenían que hacer es hacer gala del talante democrático del que tanto hablan ya que, entre otras cosas, el respeto a la libertad es ineludible y fundamental. Y si esto no se hace se caerá en consorcios y monopolios políticos, con sus correspondientes arbitrariedades, engaños, fraudes, afanes de revancha y represalias.

Nos llama la atención lo de las “reformas fiscales” tan traídas y llevadas, que tal parece que son un montaje para despistar y desviar la atención de otras cosas. Obviamente esta desguazada España sí que necesita una verdadera reforma fiscal, vistos los resultados de otras reformas anteriores, pero mientras esté en la poltrona el “complexo sanchista”, nada se puede esperar.

También es de llamar la atención lo de la “Administración Pública”, llena de defectos al más puro estilo de reinos taifas, dividida en departamentos y sectores herméticos e impermeables, que funcionan solamente por intereses políticos, no habiendo en muchos casos ni la más mínima transparencia y claridad en los asuntos que maneja.

En fin, mientras todo esto no se cambie, dichos políticos se convierten en politiqueros, como está sucediendo, dejando de ser verdaderos gobernantes y servidores públicos, impidiendo la convivencia armoniosa del “pueblo soberano”, diciendo cosas con el objeto de acrecentar y aumentar el desorden, el desconcierto, el enredo, la confusión, y haciendo cosas también que no debieran hacerse, amén de excluir otras que son el clamor de muchos millones de españoles.

Continuará.



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