Suponemos que los
lectores conocerán aquella historia de un pueblo cuyos habitantes, trabajadores
ellos, bien dispuestos y solidarios, fueron requeridos por el párroco para
introducir en la iglesia una viga de grandes dimensiones con el objeto de
reparar el hundimiento de la techumbre del templo.
Inmediatamente los vecinos acudieron a tal requerimiento, y se agolparon alrededor de la viga para introducirla en la iglesia. Con gran esfuerzo, la levantaron de la forma más rápida posible. El caso es que la viga no podía entrar porque sus extremos rozaban el marco de la puerta. Después de grandes esfuerzos, comprobaron que la maniobra no se podía realizar.
Pues bien, en la España actual, estamos asistiendo a un espectáculo similar.
Prácticamente todas las fuerzas políticas de lo "políticamente
correcto", están intentando “introducir” cambios en nuestra Patria,
“esforzándose” para cambiarla en una de tipo confederal, lo que puede
traer el peligro de la desmembración del Estado. Unos pocos políticos
“reflexivos”, en cierto sentido antiguos compañeros de viaje de ZP, tales como
Sosa Wagner, Leguina, Savater y algún otro y otra, dicen que los cambios deben
hacerse desde una óptica federal, no confederal, ya que el federalismo es más
“lubricante”
No obstante, a los antes mencionados se les podría decir que leyesen los
discursos de Ortega y Gasset ante las Cortes durante la II República, en los
que destacaba la diferencia entre autonomismo y federalismo. Pero resulta que
como en España casi nadie lee, los intelectuales tienen más y mayor obligación
y responsabilidad de informar al “pueblo soberano” que en otros países, donde
la gente lee. No olvidemos que la Reforma protestante impuso la obligación de
leer la Biblia, lo que creó un hábito de lectura en las personas.
Por otra parte, el crecimiento vertiginoso del “ente” se debe a los programas
cocinados previamente por el tinglado político-empresarial, que no le conviene
que la gente lea. Las recetas son siempre las mismas: programas “tomate”,
tertulias de “famosos” y sobre todo fútbol, mucho fútbol. Con esto se
entretiene y se desinforma al “pueblo soberano” y así es más dúctil, maleable y
manejable, y así cree que la viga se puede introducir de cualquier forma,
aunque frontalmente sea imposible. Ustedes ya nos entienden.
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