En estos momentos estamos ante dos desafíos que
pueden traer unas consecuencias nefastas para España: nos estamos refiriendo a
los desafíos separatistas catalán y vasco, sobre todo el primero que parece
estar más próximo.
Como ya es sabido el líder separatista Artura Mas (que nadie se asuste por
lo de Artura, pues ellos mismos, los catalanes, dicen Carlas Puyol), en una Diada ha dado muestras de llevar el asunto
fuera de las fronteras de España, llegando a conseguir apoyos como fueron los
casos de Letonia y Lituania ¿Se acuerdan?
Tenemos la sensación de que este impresentable gobierno, inútil,
acomplejado, y cobarde, no se atreve a hacer frente a la situación, y tal parece que va arrastrado por las
circunstancias y acontecimientos. Hay que hacer frente al problema y dejarse de
acojonamientos (tampoco se asusten por esta palabra, ya que ha sido admitida
por “los inmortales” en el Diccionario de la RAE).
Si Artura Mas y su “complexo”, y los gerifaltes de estos momentos tampoco
hacen caso de los comunicados disuasorios que reciben de la Unión Europea, ¿qué
debe hacer el gobierno? Pues sencillamente aplicar el artículo 8 de la Constitución:
“Las Fuerzas
Armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del
Aire, tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España,
defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional”.
Pero, claro, para hacer esto hay que tener lo que a muchos les falta. Ya nos
entienden. La poltrona es la poltrona, y la bocaza es la bocaza, oiga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario