Los perseguidores de la religión cristiana, (de otras
no se atreven), antes, como ahora y siempre, no quieren darse cuenta de que
hospitales, manicomios, cocinas económicas, centros de beneficencia, etc, etc,
están atendidos por órdenes religiosas sin el más mínimo afán de lucro. Hubo, y
hay, políticos que quieren sustituir a estas personas por gente laica. Tal
es su odio.
Hagamos unas consideraciones ¿Estaría dispuesta esta
gente laica a atender a los internados en los citados centros, sin cobrar ni un
céntimo? Creemos que no por una razón muy sencilla: en el fondo del laicismo lo
que impera es la negación de todo lo que huele a religión, la cristiana, claro,
y en especial la negación de la existencia de Dios. Es decir, materialismo puro
y duro.
Por otra parte, ¿cómo reaccionarían estos laicos a la
hora de atender a personas con enfermedades infecciosas y contagiosas que podrían
provocar una epidemia o pandemia? Sin
son consecuentes con sus principios materialistas, serían partidarios del
suicidio, de la eutanasia y del exterminio, cosas estas impensables en los
miembros de las mentadas órdenes religiosas. Así de claro. Pero es igual,
seguirán sin reconocer todo esto porque el panel y el manual ideológicos así lo
imponen.
Como muestra de esto, fíjense en unas bestialidades,
amén de otras cosas, pronunciadas en su día por el millonario comunista José
Saramago:
“En
ningún momento de la Historia, en ningún lugar del planeta, las religiones han
servido para que los seres humanos se acerquen unos a los otros. Por el
contrario, sólo han servido para separar, para quemar, para torturar. No creo
en dios, no lo necesito y además soy buena persona”.
Precisamente su ideología es la campeona en separar, quemar y torturar.
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