Si seguimos
igual de “grandones”, igual de ingenuos e igual de irresponsables, España lo va
a pagar muy caro. Nos estamos refiriendo a los inmigrantes (con papeles o sin
ellos) que están involucrados directa o indirectamente con el terrorismo y con
actos fuera de la Ley, o con cualquier tipo de delito, y no son expulsados.
Las estadísticas de delitos dicen que el 80 % de ellos son cometidos por inmigrantes. Si estos delitos los cometen los que tienen papeles, malo. Y si los cometen los “sin papeles”, peor.
Todo esto trae
como consecuencia que los inmigrantes sean marginados, pagando justos por
pecadores. No digamos ya sobre la marginación que están sufriendo sus hijos. No
hay más que ir a cualquier colegio o instituto. Estos chicos hacen auténticas
piñas, que son generadores de resentimiento y odio hacia los otros niños
¡Menuda bomba de relojería tenemos ahí!
Si, efectivamente, se protege socialmente a los que se encuentran en
situación legal, para que esa protección siga siendo justa y produzca el día de
mañana los efectos deseados, deben ser expulsados automáticamente todos
aquellos que no se quieran integrar y que incumplan el mínimo exigido por la
Ley. Decía un inmigrante negro que no quería trabajar porque no quería ser
esclavo de nadie. Sin comentarios.
Si no se aplica esto con rigor, el odio se seguirá instalando en nuestra
sociedad. Después, lo de siempre: por no poner los medios para evitar todo
esto, surgirá la reacción pasional.
¿A quién habrá que pedir responsabilidades? Pues a la banda que tenemos
actualmente en este desgobierno, que ahí sigue encantada de la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario