¿No hay que “recuperar la memoria histórica”
“zapateril” y la “democrática” de Su Sanchidad? Pues vayamos a ello.
En esta España actual rota, desmembrada, enfrentada y
triturada, la Historia está
sujeta y subordinada a un pacto
para silenciar las
palabras, obras y actitudes de un bando, pacto que lleva al olvido y al
silencio. Y si no que se lo pregunten a
ciertos “historieteros” de lo políticamente correcto. (Permítasenos utilizar
esta palabra que no viene en el Diccionario de los “inmortales” de la RAE,
aunque sí viene historieta).
Como decíamos en la anterior entrega, en ésta seguimos
con el tema de la “kurtura”.
En la página 180 del libro “España en llamas 1936”, Ediciones Acervo, autor Bernardo Gil
Mugarza, se lee lo siguiente sobre Margarita Nelken:
“Margarita
Nelken Abusmergen, hija de un judío alemán y de una francesa, que hasta poco
antes de venir la República colaboraba en revistas burguesas . . . , desde el
primer momento hizo alarde de poseer un alma como la de las famosas calceteras
de la Revolución francesa. Imbuía en las mujeres campesinas ideas demoledoras.
Durante la elección de junio de 1931, la Nelken animaba a los electores
socialistas de Montijo la puerta de los
colegios con léxico de prostíbulo. A las mujeres las dejaba estupefactas contándoles
las excelencias del amor libre y del ‘derecho sexual’ que iban a conquistar con
el socialismo. Y como alguien de aquel sencillo auditorio pareciera
escandalizado por lo que oía, Margarita Nelken puso el ejemplo de sí misma,
diciendo que de los hijos que tenía a ninguno podía asignar padre determinado,
puesto que lo ignoraba”.
Sin comentarios.
¿Figurará esto en la “memoria democrática” de “Su
Sanchidad” y de Sor Yolanda? ¿Es este el “vínculo luminoso”?
Continuará.
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