En estos tiempos nefastos por mor de este
desgobierno que tenemos, no se vislumbra un horizonte esclarecedor de esta
desastrosa situación política, social y económica en la que estamos inmersos.
Por mucho que digan los propagandistas del régimen, el “pueblo soberano” está
políticamente trastornado e inquieto, aunque en las últimas elecciones en
Castilla-León, Madrid y Andalucía, y las últimas europeas, parece que el asunto
está cambiando algo.
Pero esto no es óbice, ni valladar, ni
cortapisa, para que sigan existiendo arreglos, compromisos y tratos ocultos y
subyacentes, amén de cadenas ocultas que mangonean todo tipo de enredos,
marañas, embrollos y tinglados, no preocupando mucho el solucionar esta
terrible situación que atravesamos. Da la impresión de que la incapacidad, la
ineptitud, la torpeza, el atolondramiento y la inconsciencia son las
características de este desgobierno de su “Sanchidad”.
No se comprende muy bien que el mentado
desgobierno pierda el tiempo en discusiones un tanto raras, empleando el
característico lenguaje improcedente y equivocado de “derechas”, “ultraderecha”,
“izquierdas”, “fango”, etc. Con esto, y con otras cosas, se intenta enganchar y
movilizar muchedumbres y gentíos para que participen en marchas, desfiles y manifestaciones
con fines no siempre transparentes y lúcidos.
La situación, como ya hemos dicho muchas
veces, es simplemente desastrosa. La apatía, la desgana, la negligencia y la abulia
de este desgobierno para solucionar los graves problemas están a la vista. Sin
embargo, esto no se ve cuando se trata de temas que esconden y silencian
pretensiones e intereses personales.
En el tema económico, la situación es
gravísima y comatosa. O se toman medidas rápidas, efectivas, serias,
auténticas, provechosas y válidas, o acabaremos en una hecatombe, en un
descalabro y en una catástrofe sin precedentes.
En fin, y para terminar, no se ven
auténticos dirigentes para conducir y arreglar el asunto económico. Quizá a lo
mejor con los “comités de expertos”, o para el año 2050, se arregla esta
terrible situación, oiga.
Terminamos con un párrafo de D. Benito Pérez Galdós,
que dice:
“Los hombres llamados públicos, los unos calvos y con
lentes, los otros barbudos o con bigote y perilla, desconocen la vida elemental
de España. El leer sin ton ni son libros y revistas extranjeras, el parlamentar
como cotorras, han hecho de ellos hombres artificiales. De buena fe algunos,
otros con las picardías que les sugiere su ambición de provechos personales,
han llegado a suponerse poseedores de la clave política, y lo que poseen es un
bastón como los que llevan los ciegos para orientarse en las tinieblas” ( I ).
( I ).- “La fe nacional y otros escritos sobre España”,
Editorial Rey Lear Editores, S.L., Colección Breviarios del Rey Lear enero
2013, apartado intitulado “España en los episodios nacionales”, página
68.
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