Esto es en realidad lo de la “memoria histórica” del
Bobo Solemne, y la “memoria democrática” de Su Sanchidad. Vamos a dedicar unas
entregas a este asunto.
Cuando España entró en la Comunidad Europea el 1 de
enero de 1986 (“¡Ya somos europeos!”, ¿se acuerdan?), el gobierno
sociata de Felipe González lo presentó como un remedio, una medicina, un
bálsamo, una panacea, etc, con el objeto de conseguir la unión y enlace
interiores tanto en el aspecto político como en el económico, aunque había
sujetos que decían que España ya no era necesaria. Sin comentarios.
A pesar de la entrada en la UE, la obsesión del
independentismo seguía, y sigue, en sus trece, ya que había que convertir las
regiones en Estados, oiga. A tal efecto El nacionalista vasco Xabier Arzallus
Antia manifestaba en su día que “En la reestructuración de Europa los vascos
no tenemos que depender de España . . .queremos ser una comunidad autónoma de
Europa; eso es la independencia, tener
el mismo nivel que España” ( I )
Por otra parte,
aquellos primeros tiempos “europeístas”, sirvieron para que los separatistas
llevasen a cabo el salir de sus infortunios, desilusiones y frustraciones, lo
que les llevó a hacer una candidatura conjunta para las elecciones europeas de
fecha 10 de junio de 1.987: “Por la Europa de los Pueblos” ¿Se acuerdan?
En esta candidatura estaban Esquerra Republicana de Catalunya, Partido
Nacionalista Galego, Eusko Alkartasuna . . . Sin comentarios.
Otro de los
desaciertos de estos” nacionalistas” es ir en contra de la convivencia, de la
avenencia, de la armonía, del entendimiento, etc, entre las distintas regiones
españolas. Para eso está el mito de la “nación”, entendido este concepto como
absolutista, excluyente, irrefutable, indiscutible y dogmático, que lleva a la
exclusión del diálogo, por mucho que se hable de esta palabra, llevando también
a no respetar las opiniones de la sociedad en general, por mucho que se hable
también de “libertad”.
El tema llega a su
culmen al ser considerado el “nacionalismo” como el único sistema que puede dar
al pueblo lo que verdaderamente necesita. A tal efecto decía el nacionalista
catalán Jordi Pujol i Soley: “Un pueblo necesita una mística colectiva que
lo vertebre y dé sentido” ¿Se referiría esa “mística” a los años afectados
por el “Caso Pujol”, que tanto él como sus hijos Oleguer, Jordi y Oriol fueron
emparentados y vinculados con asuntos de corrupción, siendo titulares de
grandes cuentas en varios paraísos fiscales, principalmente en Andorra? ¿No hay
que recuperar la “memoria democrática? También este sujeto decía que el
nacionalismo es “básicamente una manera de pensar y una manera de ser; es el
derecho de los pueblos a ser lo que son”. Sin comentarios.
Por otra parte,
cualquier crítica que se lance contra el “nacionalismo”, ya sea por medidas
políticas, sociales o económicas, o contra asuntos personales de sus jefazos o
capitostes, son automáticamente calificados como ataques contra Catalonia o
contra Euskadi.
( I ).- Periódico “El Mundo”
de fecha 15 de diciembre de 1.993.
Continuará.
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